El papa del juvenil que se fue mal del club salió al cruce del presidente xeneize.
Miguel Coira, padre del juvenil ex Boca Leonel Coira, salió con los tapones de punta tras la reacción del club a las declaraciones de su hijo. En diálogo con Radio Mitre, aseguró que irán “hasta el fondo” luego de que la dirigencia anunciara acciones legales. Además, disparó directamente contra Juan Román Riquelme y su entorno por presuntas presiones vinculadas a representantes de futbolistas.
Según su testimonio, el conflicto con Boca comenzó cuando rechazaron al agente ligado a Cristian Riquelme, hermano del actual presidente. A partir de ahí, su hijo fue marginado progresivamente de las categorías inferiores. “En 2021 tiraba paredes con Tevez, y de un día para el otro lo colgaron. En Cuarta ya entrenaba solo”, recordó.
Te recomendamos: Boca llevará a la Justicia al juvenil que denunció a Riquelme y a su hermano
Coira denunció un sistema de representación interna que condiciona la proyección de los juveniles. “Si no estás con ellos, te hacen desaparecer. A Leo lo borraron por no sumarse al juego. Con Barco intentaron lo mismo, pero no pudieron tapar su talento porque ya se mostraba en la Reserva”, explicó. También mencionó que hubo pedidos de silencio durante el año electoral para no favorecer a la oposición.
El padre del futbolista remarcó que su hijo fue titular desde que llegó a Boca y tenía contrato acordado al cumplir la mayoría de edad. Sin embargo, tras una breve etapa en Godoy Cruz, emigró a Puerto Rico para seguir jugando. “Se fue a recuperar la alegría. A Boca lo ama, pero no le dejaron otra opción”, afirmó.
Sobre las advertencias legales del club, fue contundente: “No le tengo miedo a su poder. Tengo todo documentado. El hincha verdadero debe sacarse la venda de los ojos con el ídolo. Como jugador, Román fue espectacular. Como dirigente, deja mucho que desear”.
Miguel Coira, que dirige un centro de formación en Madrid, recordó incluso su etapa juvenil con Riquelme en Argentinos Juniors. “Él se olvidó de dónde vino. Cuando perdés la humildad, no sirve para nada”, sentenció, aunque no cerró la puerta al diálogo: “Me tomaría un café con él. Todos merecen una segunda oportunidad, pero para hacer las cosas bien con los chicos”.