La herramienta legal que utilizó el Ejecutivo para frenar la cautelar del juez Alejo Ramos Padilla -que determinó que el reciente magistrado debía abstenerse de firmar nuevos fallos-, habilita a la Corte a intervenir.
Tras la decisión del Senado de rechazar el pliego de Manuel García-Mansilla para la Corte Suprema, y la cautelar que no le permite firmar fallos en esta situación, el Gobierno decidió presentar un per saltum en el máximo tribunal. Sin embargo, fuentes del oficialismo confirmaron que existe la posibilidad de que el catedrático deje su puesto: “No creemos que siga”.
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La herramienta legal que utilizó el Ejecutivo para frenar la cautelar del juez Alejo Ramos Padilla -que determinó que el reciente magistrado debía abstenerse de firmar nuevos fallos-, habilita a la Corte a intervenir. De esta manera, se busca una respuesta del tribunal supremo sin agotar antes las instancias judiciales intermedias.
“Un per saltum por parte del Gobierno es una provocación para la Corte. Se pudo hacer porque el juzgado de Ramos Padilla es contencioso-administrativo, el único fuero donde se puede presentar un recurso así. No solo se tiene que excusar Mansilla para que el Tribunal resuelva, sino que los demás magistrados también podrían verse afectados porque le tomaron juramento”, indicó una fuente especialista del tema. A pesar de ello, en Balcarce 50 se mantienen firmes: “La Corte debe resolver esto”.