X
Revista

A partir de ADN extraído de una muela de 3.600 años reconstruyeron el rostro de una mujer

La técnica de análisis genético permitió recrear la apariencia de una persona revelando datos únicos sobre su grupo cultural y sus costumbres milenarias.

04/04/2025

Un equipo de investigadores ha logrado reconstruir el rostro de una mujer que vivió hace entre 3.550 y 3.960 años en el antiguo Japón, utilizando tecnología avanzada de secuenciación genética. Según informó el medio británico Daily Mail, el análisis se realizó a partir del ADN extraído de una muela de la mujer encontrada en 1998 en la isla Rebun, ubicada frente a la costa de Hokkaido. La técnica usada no solo permitió recrear su apariencia física, sino que también arrojó luz sobre las características biológicas y culturales del pueblo Jōmon, al que pertenecía.

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

La mujer, descrita como una anciana de cabello oscuro y rizado, ojos marrones y piel con pecas, vivió durante el período Jōmon, considerado el equivalente japonés del Neolítico. Este grupo humano, que habitó el archipiélago japonés durante aproximadamente 50.000 años, se caracterizaba por su estilo de vida de cazadores-recolectores y por su distintiva cerámica decorada con patrones de cuerda, de donde proviene el nombre “Jōmon”, que significa “marcado con cuerda”.


Te recomendamos: Un joven disfrutaba de la tarde en el río cuando encontró un resto fósil en el agua


Un análisis genético que revela rasgos únicos

El ADN de la mujer fue extraído en 2018 por el antropólogo Hideaki Kanzawa, del Museo Nacional de Naturaleza y Ciencia de Tokio. Según detalló Daily Mail, los resultados del análisis genético revelaron una serie de características físicas y biológicas que diferencian a los Jōmon de otras poblaciones asiáticas. Entre estos rasgos se encuentran una alta tolerancia al alcohol, una dieta rica en grasas, axilas con mal olor y cerumen húmedo, una combinación genética que contrasta con el 95% de los asiáticos orientales actuales, quienes poseen cerumen seco.

Estos hallazgos sugieren que los Jōmon se separaron de las poblaciones del continente asiático hace entre 38.000 y 18.000 años, desarrollando características genéticas únicas. Por ejemplo, la variante genética que favorece la digestión de alimentos grasos, presente en esta mujer, también se encuentra en el 70 % de las poblaciones árticas modernas, pero está ausente en otros grupos demográficos. Esto refuerza la hipótesis de que los Jōmon dependían en gran medida de la pesca y la caza de animales ricos en grasas, tanto terrestres como marinos.

Un estilo de vida adaptado al entorno

Kanzawa explicó que los Jōmon de Hokkaido se dedicaban a la caza de animales terrestres como ciervos y jabalíes, así como a la pesca y la caza de fauna marina, incluyendo lobos marinos, leones marinos de Steller, delfines, salmones y truchas. En el yacimiento de Funadomari, donde se encontró a esta mujer, se han desenterrado numerosas herramientas y restos relacionados con estas actividades, lo que confirma la importancia de los recursos marinos en su dieta.

Además de su dependencia de alimentos grasos, los Jōmon recolectaban frutas, nueces, bellotas y moluscos de las aguas del Pacífico. Su cultura también estaba marcada por rituales y ceremonias, como el entierro de bebés en grandes tinajas y la colocación de ofrendas y adornos en las tumbas. La cerámica de este período frecuentemente representaba a mujeres embarazadas, lo que sugiere un enfoque en la fertilidad y la continuidad del grupo.

Conexiones genéticas y diversidad cultural

Aunque los Jōmon son distintos de los japoneses modernos, Kanzawa señaló que están más estrechamente relacionados con ellos, así como con los coreanos, taiwaneses, filipinos y rusos orientales, que con los chinos Han. Esto proporciona información valiosa sobre la historia genética y las estructuras de población en el este de Eurasia.

El análisis también reveló que los Jōmon no eran un grupo homogéneo, sino que probablemente estaban divididos en dos o tres subgrupos distintos. Este nivel de diversidad interna podría explicar las diferencias culturales y genéticas observadas en los restos arqueológicos de diferentes regiones del archipiélago japonés.

Prácticas culturales y rituales únicos

Entre las prácticas culturales más llamativas de los Jōmon se encuentra la extracción ritual de dientes, que se realizaba al alcanzar la pubertad. Aunque las razones detrás de esta costumbre aún no se comprenden por completo, los investigadores esperan que estudios futuros basados en el ADN puedan arrojar más luz sobre su significado.

La reconstrucción del rostro de esta mujer y el análisis de su ADN evidencia la importancia de la tecnología moderna para comprender mejor las sociedades antiguas. Según el experto Kanzawa, estos hallazgos constituyen un paso significativo hacia la reconstrucción de la historia de las poblaciones humanas en el este de Asia y su evolución a lo largo de milenios.

TEMAS ADN