El entrenamiento de fuerza en niños y preadolescentes ha sido durante años objeto de creencias erróneas que generaron temor en padres y docentes.
Durante años, se creyó que el entrenamiento de fuerza podía afectar el crecimiento infantil. Sin embargo, estudios recientes desmienten estos mitos y destacan sus beneficios para el desarrollo físico y la prevención de enfermedades.
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En diálogo con Noticiero 7, el profesor de educación física Facundo Eberle explicó que las creencias erróneas en torno a esta práctica se basan en tres factores principales:
Uno de esos estudios es el publicado en 2019 por la Sociedad Argentina de Pediatría, que recomienda esta práctica siempre que esté planificada y adaptada a las capacidades infantiles.
"El entrenamiento bien estructurado no impacta negativamente en el cartílago de crecimiento ni en las articulaciones", aclaró Eberle.
El especialista explicó que los riesgos no están en la práctica en sí, sino en la falta de técnica o planificación.
"El problema no es que el entrenamiento de fuerza lastime a los chicos, sino que, si no se hace correctamente, puede haber riesgos, como en cualquier otra actividad", advirtió.
Además, destacó que este concepto no se limita al levantamiento de pesas: "En niños pequeños, se puede estimular la fuerza a través de juegos como trepar cuerdas o planos inclinados, saltar o empujar objetos".
"No se trata de que un niño de tres años levante pesas, sino de que el desafío se adapte a su desarrollo y madurez", subrayó.
Además de mejorar el rendimiento físico, el entrenamiento de fuerza es clave en la lucha contra la obesidad infantil.
"En Argentina, 4 de cada 10 adolescentes tienen obesidad. El entrenamiento de fuerza no solo ayuda en lo deportivo, sino que es clave para establecer hábitos saludables desde la infancia", enfatizó el profesor.
Por eso, recomendó incorporar un enfoque lúdico en los entrenamientos: "Un niño de seis años no se quedará horas levantando pesas como un adulto, pero con actividades divertidas y adecuadas a su edad, logrará adherirse al ejercicio y beneficiarse de él".
Con información clara y un enfoque adecuado, el entrenamiento de fuerza deja de ser un tabú para convertirse en una poderosa herramienta para la salud y el desarrollo infantil.