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Karina Engelbert, la argentina que fue rehén de Hamas, cuenta su calvario por primera vez

Es cordobesa y emigró con su familia en 1989, a los 17 años. Por primera vez habla de su secuestro y el de sus dos hijas, que duró 52 días. A su marido Ronen Engel lo mataron, pero su cuerpo sigue secuestrado.

02/04/2025

Karina Engelbert es cordobesa, pero vive en Israel. Llegó ayer a Buenos Aires, junto a sus dos hijas, Mika y Yuval. Es la primera vez que habla sobre el asesinato de su esposo y el secuestro que sufrieron durante 52 días por parte de la organización terrorista Hamas.

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A lo largo de una hora intensa, Karina cuenta su dramática experiencia, en una entrevista exclusiva con Clarín, que se interrumpe varias veces para mitigar la angustia que le produce revivir las situaciones que le tocó atravesar y que todavía sigue sufriendo. Es que pese a que las liberaron el 26 de noviembre de 2023, su marido Ronen Engel fue asesinado y su cuerpo forma parte del grupo de 59 secuestrados que todavía Hamas se niega a entregar.

Esta semana se va a encontrar con diferentes grupos comunitarios. El jueves tiene una reunión en la Comisión de Derechos Humanos del Congreso, también otro encuentro en Cancillería y quizás la reciba el presidente Javier Milei. Después irá a Córdoba donde se encontrará con su familia y su hijo Tom, el único de los cinco que no fue secuestrado el 7 de octubre.

Karina Engelbert y sus hijas Karina Engelbert y sus hijas

Vinieron a la Argentina para contar su historia y para que todos sepan lo que pasó el 7 de octubre de 2023. "Es una realidad que todavía no se acabó, porque hay 59 rehenes que están en Gaza. Es la primera vez que hablo desde el 7 de octubre. Estuvimos unos días en Brasil y ahora llegamos a Buenos Aires. Nos quedamos una semana y el 6 de abril nos vamos a Córdoba, también con actividad oficial y para visitar a mi familia, que vive allá", expresó.

Sobre su llegada a Israel, explicó: "Con mi familia nos fuimos en 1989. Yo justo había terminado el secundario, tenía 17 años. Mis padres decidieron que nos fuéramos todos juntos, con mis tres hermanos. Mi hermana más chica tenía 6 años en ese momento. En Córdoba quedaron mis primos y tíos, que son los que voy a ir a ver el fin de semana".

Actualmente, viven en Kiryat Gat. "Ahí está casi toda la comunidad del kibutz Nir Oz. Seguimos viviendo como en el kibutz, pero en un edificio. Tenemos todas las mismas funciones que teníamos en el kibutz, en forma de comunidad, pero en esta ciudad, con jardines para los niños, los chicos van a escuela del kibutz, así que Nir Oz sigue siendo Nir Oz. Pero ahora somos 140 departamentos, casi todas las familias están ahí en Kiryat Gat, en diferentes edificios".

Sobre lo ocurrido en Nir Oz, relató: "Nir Oz está a 1,7 kilómetros de Gaza y tenía unos 400 habitantes. De mi casa se ven partes del sur de Gaza. Es el único kibutz donde no entró el ejército y está destruido totalmente. Los terroristas de Hamas no entraron solo a seis casas del kibutz. El 7 de octubre, un cuarto de los miembros de Nir Oz fueron asesinados o capturados. En este momento tenemos entre los 59 rehenes, a 14 miembros del kibutz, como Ariel y David Cunio, Eitan Horn y el cuerpo de mi marido que todavía está capturado en Gaza".

En cuanto a su relación con los otros familiares de argentinos secuestrados por Hamas, expresó: "Iair Horn era vecino mío, vivía a dos casas de la mía. Silvia Cunio era la abuela de mis nenas, David es como mi hermano, éramos vecinos. Y ahora somos una familia que tiene mucho dolor, porque no está entera, nos faltan miembros de ella, faltan Ronen, David y Ariel Cunio, Eitan Horn, faltan 59".

Al referirse a la liberación de Iair Horn, contó: "Cada liberación trae mucha alegría, pero también angustia, tristeza. Imaginate que salió Iair, pero su hermano Eitan todavía está ahí. Pero no solo Eitan, no liberan a todos. Por supuesto que es una alegría muy grande por cada uno de los rehenes que fueron liberados, pero es una alegría que no es total".

Sobre cuál sería su pedido al gobierno de Netanyahu, manifestó: "Hay que liberar a los 59 secuestrados y terminar la guerra. Nada bueno sale con guerras. En las guerras nadie gana, todos pierden, así que lo único que es importante para mí y para todos es que los 59 rehenes sean liberados y que esta guerra se acabe".

"Es imposible entender lo que pasamos, porque para mí el 7 de octubre no se terminó. Para Iair, para mí, Sharon, Silvia... Israel entera está todavía en el 7 de octubre. Y si pasó el 7 de octubre, todo el mundo tiene que abrir bien los ojos y pensar en lo que pasó, porque si nos pasó a nosotros, le puede pasar a alguien más. Y eso no puede ser nunca más. Nunca más", enfatizó.

Con respecto al secuestro de su familia, narró: "En mi casa hubo tres secuestros. Ronen tuvo una batalla con los terroristas que entraron a mi casa, una lucha cruel y tiraron tres granadas. Ronen estuvo muy malherido y al final secuestraron su cuerpo. Después, fue mi secuestro. Nosotras estábamos en la pieza de seguridad, luchando para que no abrieran la manija de la puerta, mientras los terroristas entraban y salían de la casa, rompían todo, quemaban cosas. Pero yo perdí fuerza y ellos lograron entrar a la pieza. Primero me sacaron a mí arrastrándome, me pegaron con mucha violencia y me pusieron un cuchillo en el cuello. En ese momento no me di cuenta que estaba lastimada. Me sacan de la casa y me suben a una moto. Me llevan así hasta Gaza. En el camino muchos ciudadanos terroristas me intentaban matar y violar, pero los que me raptaron recibieron la orden de llevarme con vida a Gaza y eso me salvó".

Además detalló el momento de cuando se llevaron a sus hijas: "Al poco rato de mi secuestro entra otra ola de terroristas y secuestran a Mika y Yuval, con armas, en un auto. Pero a los pocos metros tienen un accidente en el que cada una se quiebra un pie. Mika tenía una quebradura complicada y Yuval una herida muy grave. Yuval tenía 10 años y perdió una parte del dedo del pie, se lastimó el músculo del empeine del pie y tenía todos los dedos quebrados. Entonces, las sacan del auto donde tuvieron el accidente y las llevaron a los túneles, donde estuvieron seis horas. Pero Mika (tenía 18 años) vio la situación en la que estaban las dos, que Yuval perdía mucha sangre y les exigió que las llevaran a un hospital. Eso fue lo que las salvó, porque las llevaron a un hospital en Jan Yunis, donde estuvieron solas durante 23 días, hasta que a mí me llevan el 29 de octubre a ese hospital y, al día siguiente, me reúnen con las nenas".

Sobre su cautiverio, explicó: "Yo estaba en una especie de casa, en un edificio, en un departamento del subsuelo, sin ventanas. Éramos tres mujeres y teníamos cuatro terroristas que nos cuidaban. Estábamos encerradas todo el día, sin ninguna libertad, porque para ir al baño teníamos que pedir permiso. Nos traían poco para comer, una o dos veces por día, pan árabe, quizás un pepino dividido en tres y a veces un plato de arroz para las tres señoras que estábamos juntas. Nos bañábamos una vez cada 10 ó 15 días y no teníamos ninguna libertad. A mí además me habían robado los lentes y mis zapatos, así que no veía nada, ellas me decían lo que tenía enfrente porque sin lentes casi yo no veo".

Finalmente, el día de su liberación, recordó: "Nos dijeron que al otro día, a las 5 de la mañana, teníamos que estar preparadas, porque nos iban a liberar. Nos llevan a un auto grande. De ahí viajamos en el medio de Jan Yunis, a un lugar alejado, un espacio preparado con un dron que nos filmaba, luces en los costados, fotógrafos y en cada metro un terrorista de Hamas con su vestimenta, la vincha verde y el pasamontañas, además del fusil Kalashnikov. Hicieron una ceremonia en la que nos pasaban de un lado al otro, ahí nos estaba esperando la Cruz Roja. Ahí viajamos en Gaza, hasta que llegamos al paso de Kerem Shalom, donde había médicos y soldados esperándonos".