El director de la divertida saga 'Wyrmwood' está detrás de esta historia repleta de sustos, babas y telarañas al estilo retro de las' monster movies' que se desarrolla en un escenario urbano único y aislado, en torno a una familia un tanto friqui.
Por Jesús Palacios
Para Fotogramas
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Siempre es agradable reencontrarse en las pantallas con nuestras amigas de ocho patas, las arañas de tamaño desmedido e intenciones asesinas, especialmente si detrás no hay mucho más que la intención de hacernos pasar un buen rato. Y esa es la del australiano Kiah Roache-Turner, a quien debemos la divertida saga posapocalíptica zombi 'Wyrmwood' y la desopilante 'Nekrotronic' (2018). Aquí, la jugada se basa en apostarlo todo a la pura nostalgia de una Serie B ochentera evocada con astutos guiños de aficionado.
'Sting. Araña asesina' se desarrolla en un escenario urbano único y aislado, en torno a una familia un tanto friqui, construyendo eficazmente su intriga repleta de sustos, babas y telarañas al estilo retro de las' monster movies' para todos los públicos de Joe Dante, Fred Dekker o Ron Underwood, buscando la complicidad del conocedor al tiempo que dando al lego suficiente humor y suspense. En otros tiempos, pura carne de videoclub, en el mejor de los sentidos.
Para nostálgicos del terror familiar de los ochenta sin pretensiones.