Blancanieves tuvo uno de los peores estrenos en la historia de Disney y de las películas live-action a nivel global.
Tras una previa cargada de polémicas generadas por las críticas al casting, los dichos de Rachel Zegler (entre los que estuvieron las críticas a la película original de 1937) y los cambios que introdujo el film al material original, el miedo de los ejecutivos de Disney era grande. Y no estaban equivocados: Con un presupuesto de más de 270 millones de dólares, Blancanieves apenas acumula 87,3 millones de dólares en la taquilla a nivel mundial.
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A pesar de esta pésima primera semana-la productora esperaba una recaudación de 100 millones a nivel global-, existe todavía una mínima esperanza de que la película pueda meter un giro de timón y llegar a los 500 millones de dólares de recaudación. El estudio busca ese número para justificar su inversión en la producción y marketing del film, que se rumorea estuvo alrededor de los 100 millones de dólares.
Mufasa, el antecedente que ofrece una esperanza
A pesar de este estado de situación, hay esperanzas en los pasillos de Disney. Y las mismas vienen de sus pasadas experiencias con un mal estreno de otra de sus remakes. “Mufasa: El Rey León”, otra Live-action inspirada en un film animado de Disney, tuvo una primera semana con apenas 35.4 millones de dólares a nivel local (7 millones menos que Blancanieves). Sin embargo, la película terminó recaudando 718 millones de dólares a nivel global.
Una producción muy costosa para Disney
Lo ocurrido en la taquilla no fue el primero (probablemente no sea el último) que le generó un dolor de cabeza a Disney. Blancanieves inicialmente tuvo un presupuesto aprobado de 200 a 210 millones de dólares. Sin embargo, los costos de los protocolos de Covid, la película iba a empezar a filmarse en marzo 2020 y se aplazó a agosto de 2021, y el incendio de uno de sus sets terminó aumentando considerablemente el presupuesto.
Además, la película retrasó su estreno por la huelga de 2023 de los guionistas y del trabajo extra que generaron preocupaciones creativas por parte de los ejecutivos de Disney. Sin ir más lejos, David Greenbaum cambió significativamente partes del guion tras establecer nuevas pautas que difieren de las establecidas por la junta directiva que aprobó el proyecto en 2016.