La película danesa de Magnus von Horn estuvo nominada en la categoría de Mejor Película Internacional junto a otros títulos como 'Emilia Pérez' o la ganadora 'Aún estoy aquí'.
Por Sergi Sánchez
Para Fotogramas
HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO
Podría ser la adaptación siniestra de una novela victoriana, tal vez de Charles Dickens, si no fuera porque su atracción por la monstruosidad moral y física remite a un universo gótico, vecino al género fantástico. La fuerza de la película de Magnus von Horn se mide en la tensión que hay entre una fotografía expresionista, en un prístino y trabajado blanco y negro, y el tremendismo sin límites que atraviesa su trama, con veteranos que vuelven desfigurados de la guerra, abortos clandestinos, madres abandonadas a su suerte, y un ángel que es más exterminador que de la guarda.
Se trata, en todo caso, de subrayar que las mujeres tenían más opciones de caer en la miseria o en la locura porque las estructuras sociales y de clase las condenaban a ello. A von Horn se le va la mano con el efectismo –es un true crime en toda regla, y hay en ella una agencia de adopción secreta de lo más macabra– y la exhibición de atrocidades está (demasiado) asegurada pero las secas, ásperas interpretaciones de Trine Dyrholm y Vic Carmen Sonne mantienen el film con los pies en la tierra.
Para amantes del true crime de época con tintes sórdidos.