Con el boleto a la Copa del Mundo en mano, la Selección de Scaloni se impuso por un contundente 4-1 sobre la Verdeamarela y festejó en un Monumental a pleno.
La Selección Argentina dio una exhibición de fútbol en el Monumental y despachó a Brasil con un contundente 4-1, en un partido que quedará marcado como uno de los grandes triunfos de la era Scaloni. Con un juego arrollador, precisión y contundencia, la Albiceleste celebró la clasificación al Mundial 2026 con una actuación memorable.
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Desde el arranque, el equipo mostró su jerarquía. A los tres minutos, Julián Álvarez abrió el marcador tras una gran asistencia de Thiago Almada. La presión alta, la movilidad y la intensidad argentina desdibujaron a un Brasil que nunca encontró respuestas. Apenas nueve minutos después, una obra maestra de 33 toques culminó con Nahuel Molina habilitando a Enzo Fernández, quien definió de primera para el 2-0.
Brasil descontó inesperadamente a los 26 minutos, cuando Matheus Cunha aprovechó un error en la salida de Cristian Romero y venció al Dibu Martínez con un remate cruzado. Sin embargo, Argentina no tardó en reaccionar y, a los 36, Alexis Mac Allister desvió un centro preciso de Enzo Fernández para el tercer tanto.
El segundo tiempo mantuvo la misma tónica. Brasil intentó reaccionar con cambios, pero Argentina siguió dominando. Julián Álvarez casi marca con un tiro por encima del arquero y, a los 25 minutos, Giuliano Simeone sentenció la goleada con un potente remate que pegó en el travesaño y picó adentro.
La fiesta en el Monumental fue total. Con los "oles" bajando de las tribunas, Scaloni movió el banco y hasta el Dibu Martínez se dio el lujo de hacer jueguitos, aunque recibió el reto del entrenador. Sobre el cierre, Raphinha sacudió el travesaño, Bento le ahogó el grito a Leandro Paredes y Rodrigo De Paul tuvo la última con un remate alto.
Con este triunfo, Argentina reafirmó su condición de campeón del mundo y dejó una huella imborrable en la historia de los clásicos sudamericanos.
