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Día Mundial de la Obesidad: claves para su prevención y por qué se conmemora el 4 de marzo

Esta fecha busca concientizar sobre los riesgos de esta enfermedad y cómo prevenirla a través de una alimentación equilibrada, actividad física regular y hábitos de vida saludables.

04/03/2025

Cada 4 de marzo se conmemora el Día Mundial de la Obesidad, una fecha destinada a generar conciencia sobre los riesgos que implica esta condición de salud y la importancia de prevenirla. La obesidad es una enfermedad compleja, caracterizada por un exceso de grasa corporal que puede afectar negativamente la salud de quienes la padecen. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 650 millones de adultos en el mundo sufren de obesidad, lo que representa un riesgo significativo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, hipertensión, enfermedades cardiovasculares, entre otras.

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¿Por qué se conmemora el 4 de marzo?

El 4 de marzo fue elegido como el Día Mundial de la Obesidad para sensibilizar sobre la importancia de abordar este problema de salud global. La fecha busca promover el entendimiento sobre los factores que contribuyen a la obesidad, tanto genéticos como ambientales, y ofrecer soluciones efectivas para su prevención. La OMS y otras organizaciones de salud pública destacan que la obesidad no solo afecta a los adultos, sino también a los niños y adolescentes, lo que puede generar efectos negativos a largo plazo en la salud pública y en el bienestar de las futuras generaciones.

Claves para prevenir la obesidad

A pesar de que la obesidad puede ser influenciada por factores genéticos, la mayoría de los casos están relacionados con hábitos de vida poco saludables. A continuación, se presentan algunas claves para prevenirla:

Mantener una alimentación balanceada
Comer una dieta rica en frutas, verduras, cereales integrales, proteínas magras y grasas saludables puede ayudar a controlar el peso y a prevenir la obesidad. Es fundamental evitar el consumo excesivo de alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares y grasas saturadas.

Realizar actividad física regular
La actividad física no solo es esencial para mantener un peso saludable, sino también para mejorar la salud cardiovascular y mental. Se recomienda al menos 150 minutos de actividad moderada a la semana, como caminar, nadar o andar en bicicleta.

Controlar el tamaño de las porciones
Muchas personas consumen más calorías de las que necesitan debido al tamaño de las porciones. Es importante prestar atención a las señales de hambre y saciedad y evitar comer en exceso, especialmente en momentos de estrés o aburrimiento.

Evitar el sedentarismo
Pasar muchas horas al día sentado frente a una pantalla puede aumentar el riesgo de obesidad. Incorporar pausas activas y mover el cuerpo a lo largo del día es clave para prevenir el sedentarismo.

Fomentar hábitos de vida saludables desde la infancia
La prevención de la obesidad debe comenzar desde edades tempranas. Fomentar hábitos alimentarios saludables y actividades físicas en niños y adolescentes ayuda a establecer una base sólida para un futuro saludable.

Buscar apoyo profesional si es necesario
En algunos casos, la obesidad puede estar relacionada con problemas emocionales o psicológicos, como el estrés o la ansiedad. Consultar a un nutricionista, psicólogo o médico puede ser fundamental para abordar estos factores y recibir orientación profesional.

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