Opinión y Actualidad

Un Gobierno atrapado en sus propias redes

La crisis iniciada el viernes a la noche golpeó al Presidente incluso en su terreno favorito: las redes sociales. Techo de negatividad y daños colaterales.

19/02/2025

Por Gonzalo Abascal, en diario Clarín
No queda más remedio que volver sobre una ya citada definición de Milei: "Monitoreamos las redes todo el tiempo, porque cuando aparece un problema lo podemos resolver muy rápido".

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

Si esto era verdad, lo fue hasta el último fin de semana.

En 48 horas, al Gobierno de los magos digitales se le quemaron los libros.

La crisis, todos lo saben, empezó en la noche del viernes con el tuitgate del Presidente.

La Argentina liberal crece!!!
Este proyecto privado se dedicará a incentivar el crecimiento de la economía argentina, fondeando pequeñas empresas y emprendimientos argentinos.

El mundo quiere invertir en Argentina.

vivalalibertadproject.com

$Libra

Viva la libertad carajo!

El que a tuit mata, a tuit muere.

(Y nada de lo que se escribe en X desaparece, por más que se lo borre. Extraño que no lo sepan quienes sacan chapa de especialistas).

39 palabras y un link sobran hoy para aflojarle las rodillas a un Gobierno que venía ocupando el centro del ring de la discusión pública. Delicias del mundo digital que tantas alegrías (les) dio.

En verdad, el yerro (haciendo foco en la publicación, y no en sus implicancias como estafa) no debería sorprender: alguna vez el propio Presidente y el ministro Luis Caputo festejaron la baja de la inflación retuiteando una cuenta falsa (Jumbo Bot).

Las 72 horas siguientes a la publicación "difusora" del proyecto Libra se convirtieron en la pesadilla más temida para una administración que hizo de las redes sociales el teatro de su prepotencia. Perdió el control de lo circulante (y también de la conversación en los diferentes medios) y vio crecer una ola crítica que aún no encuentra freno y cuyos daños concretos resultan por ahora inciertos.

El análisis es claro. Milei tuvo 3.5 millones de menciones en X a nivel global entre el viernes 14 y el domingo 16, según un relevamiento de la consultora Onclusive, con sede en Dublin, Irlanda, y especialista en el análisis de las publicaciones en redes sociales.

Más de dos millones y medio de las menciones sobre Milei en esas 72 horas fueron en la Argentina. Hasta aquí, la estadística refleja el volumen que adquirió el escándalo. Pero los números dicen más.

63% de las menciones al Presidente fueron críticas, lo que configura un mayoritario "sentimiento digital" negativo, quizás por primera vez desde el 10 de diciembre de 2023.

El crecimiento de las críticas rompió el techo de 50% de negatividad que el propio Presidente había experimentado luego de su discurso en Davos.

Pero la secuencia de episodios desafortunados no terminó y encontró su continuidad en un recorte de la entrevista realizada por Jonatan Viale, con la interrupción de Santiago Caputo, a esta altura en el centro de la tormenta como constructor de la estrategia de comunicación oficial.

La inédita centralidad de Caputo sirvió, intencionadamente o no, para disimular el rol de Karina Milei, cuestionada por haber acercado a los supuestos empresarios criptos. En plena crisis, Karina Milei prefirió correrse de la escena.

Caputo, sin embargo, parece no salir indemne. En pocas horas acumuló el reproche presidencial ("No era necesario, Santiago", le dijo sobre la interrupción de la entrevista); mientras que el vocero Manuel Adorni lo descalificó como "equivocado".

Mauricio Macri aprovechó también para cobrarse viejas facturas, dejando claro que lo más grave fue ver "un Presidente descuidado y mal rodeado", definición que le sirvió, además, para exculpar a Milei.

Las primeras señales de corrosión asoman sobre el triángulo de hierro.