Su esposo resultó herido mientras trataba de salvarla.
Una mujer canadiense de 55 años sufrió un ataque de tiburón mientras se encontraba de vacaciones en las Islas Turcas y Caicos, en el Caribe.
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El incidente ocurrió el 7 de febrero alrededor de las 10:30 horas, cuando Nathalie Ross intentó interactuar con un tiburón de aproximadamente 1,8 metros de longitud en las aguas poco profundas de la playa Thompson’s Cove, con el objetivo de tomarse una fotografía con el animal.
Durante este intento, el tiburón atacó, mordiéndola en el muslo y amputándole ambas manos.
Varios testigos presenciales informaron que el marido de la mujer se lanzó al agua para intentar salvarla, enfrentándose al tiburón. Aunque logró alejar al depredador, sufrió importantes heridas en el proceso.
Inmediatamente, otras personas y los responsables de la playa acudieron en su ayuda, colocando torniquetes improvisados para frenar la hemorragia hasta la llegada de los servicios de emergencia.
Ross fue trasladada al Centro Médico Cheshire Hall, donde recibió atención inicial antes de ser evacuada a Canadá para recibir tratamiento especializado. Aunque su vida no corre peligro, las lesiones que sufrió son graves.
Las autoridades han estimado que el tiburón medía cerca de 1,8 metros, aunque aún no han confirmado su especie. El Gobierno de las Islas Turcas y Caicos emitió un comunicado instando a residentes y turistas a tener precaución al interactuar con la fauna marina, ya que este tipo de conductas puede resultar en accidentes graves.
Como medida de seguridad, la playa Thompson’s Cove fue cerrada temporalmente hasta el 9 de febrero, cuando se determinó que el tiburón había regresado a aguas más profundas.
Aunque las Islas Turcas y Caicos son famosas por sus aguas cristalinas y rica biodiversidad marina, los ataques de tiburón son poco frecuentes. Sin embargo, este incidente no es el primero. En mayo de 2023, una turista estadounidense de 22 años perdió una pierna en un ataque mientras practicaba snorkel cerca del Blue Haven Resort, en Providenciales. Estos ataques han impulsado a las autoridades a reforzar las advertencias sobre la interacción con la fauna marina y a tomar medidas de seguridad más estrictas para proteger a residentes y turistas.
