Joseph Gordon-Levitt y Lily James protagonizan esta comedia que esconde un inquietante lado oscuro y un brillante Simon Rex más allá del cine de Sean Baker.
Por Roger Salvans
Para Fotogramas
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Cambien los helados paisajes de 'Fargo' (1996) por las veraniegas casas de Providence, el pequeño pueblo de la pequeña isla de pescadores en las que se desarrolla la trama de 'Fuera de la ley', y se harán una idea de lo que perseguían tanto el director Potsy Ponciroli como su guionista, Mike Vukadinovich: una comedia negrísima en la que (casi) todos los personajes actúan movidos por la codicia y tienen menos luces, y más mala suerte, que el desgraciado Jerry Lundegaard.
Eso sí, la sutileza, la ironía rayando la mala leche o el dibujo de una tupida galería de individuos cegados por la estulticia que hicieron del film de los Coen una obra maestra, aquí se deja de lado: la trama, llena de giros a cual más inverosímil –esos buzones enfrentados, ese cierre que desafía toda suspensión de la credibilidad– se lo lleva todo por delante. Queda, eso sí, el trabajo de su reparto, con mención especial para un Joseph Gordon-Levitt entregado a una estupidez que esconde un inquietante lado oscuro y Simon Rex, que demuestra que tiene madera más allá del cine de Sean Baker. Lástima que el resultado final no sea mayor que la suma de sus partes.
Para espectadores que quieren pasear por el lado más bestia de la vida.