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La confesión de una mujer que desconectó a su hijo cuadripléjico del respirador: "Estoy aburrida de cuidarlo"

Ocurrió en Chile. La víctima, identificada como Marco Antonio Cantillana Paillao, tenía 28 años y dependía de la máquina para vivir tras un tiroteo en el que fue baleado en 2018.

29/01/2025

En los últimos días, un caso conmocionó a Chile luego de que una mujer, identificada como Sonia del Carmen Paillao Calfucura, fuera acusada de desconectar a su hijo cuadripléjico, que dependía de un respirador artificial para sobrevivir.

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El hecho ocurrió el 16 de enero en la comuna de La Pintana, en la Región Metropolitana de Santiago. La madre de la víctima fue imputada por el homicidio de Marco Antonio Cantillana Paillao y puesta en prisión preventiva mientras se desarrolla la investigación.

Marco Antonio tenía 28 años y había quedado discapacitado después de sufrir un disparo en medio de un tiroteo en diciembre de 2018, durante el día de su cumpleaños. A partir de ese momento, el joven comenzó a depender de su madre y de un respirador artificial para seguir con vida.

El día del crimen, un vecino relató haber visto cómo Sonia desconectaba la máquina que ayudaba a su hijo a respirar. Cuando intentó intervenir, la mujer se lo impidió y poco después, el chico falleció por la falta de oxígeno.

Según las investigaciones, la acusada había recuperado la custodia de Marco ese mismo día, después de que el joven estuviera bajo el cuidado de una amiga debido a que ella estaba cumpliendo una condena por cultivo de marihuana.

El crimen

Todo comenzó en la noche del jueves 16 de enero, cuando se alertó sobre la muerte de Marco Antonio en su casa ubicada en la localidad de La Pintana, al sur de la Región Metropolitana de Santiago.

Una vez que las autoridades se presentaron en la escena, dos testigos apuntaron contra la madre de la víctima, ya que aseguraban que “ella lo había desconectado”. Mientras tanto, en el lugar trabajó personal de la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) para realizar las pericias correspondientes.

De acuerdo a lo que informó la fiscal Paulina Sepúlveda en una conferencia, Sonia del Carmen Paillao Calfucura, de 51 años, fue detenida pocas horas después del presunto asesinato de su hijo.

Un testigo clave declaró a los investigadores que alrededor de las 23:00 horas observó a Sonia caminando hacia su casa junto a un hombre que él no conocía. Al darse cuenta de que ella estaba llorando, decidió acercarse para averiguar qué estaba pasando.

“Me acerqué a ellos y se sentaron en una banca de la plaza frente al domicilio. Sonia me saludó y le pregunté qué le pasaba”, declaró el testigo, según informó BioBioChile. A lo que ella respondió: “Estoy cansada, no doy más. No soy capaz de seguir cuidándolo, quiero que descanse. Estoy aburrida de cuidarlo porque no puedo hacer mi vida tranquila”.

Luego de esta conversación, Sonia sacó las llaves, ingresó sola a su vivienda y el testigo permaneció en la reja junto al acompañante de la mujer. En ese momento, la acusada abrió el ventanal de la habitación de su hijo, se acercó a él, le dio un beso en la frente y lloró recostada en su pecho.

Minutos después, Paillao Calfucura manipuló las máquinas que mantenían con vida al chico, lo cual provocó que sonara una alarma. Después de ello, salió al patio, se sentó en el piso y lloró desconsoladamente. Fue en ese instante cuando el testigo observó que la manguera del oxígeno estaba desconectada, y que Marco estaba convulsionando mientras se ahogaba.

“El tubo, la manguera del oxígeno, estaba al costado de la cama, apuntando hacia el suelo… Viendo que Marquito se quejaba y se movía mucho, decidí entrar para intentar ayudarlo”, explicó el hombre. Sin embargo, Sonia impidió que lo salvara, ya que lo sacó del lugar de manera violenta: “Me agarró de la polera, me sacó de la casa y me dio un golpe en la espalda diciéndome: no entres”, precisó.

Tras este incidente, el testigo buscó ayuda en los vecinos, pero no logró encontrar quien pudiera auxiliar al joven. Finalmente, agentes de seguridad municipal y un médico llegaron al lugar cerca de 30 minutos después.

Por su parte, el acompañante de Sonia -un hombre de nacionalidad venezolana que indicó haberla conocido a través de Facebook- mencionó que ella había consumido alcohol esa noche y confirmó algunos detalles del relato. Además, declaró que la mujer habría golpeado a su hijo en reiteradas ocasiones antes de desconectarlo.

Audios de WhatsApp y una macabra confesión

Tras la detención de Sonia, se dieron a conocer varios mensajes de voz que la acusada envió a M.M.A., una amiga de Marco Antonio que había conocido durante su estadía en el hospital, a través de WhatsApp. En esos audios, realizó una macabra confesión.

“Oye, desconecté al Marco. Dime cómo chucha tengo que hacerlo, porque yo no estoy capacitada para cuidarlo”, se la escucha decir en un primer mensaje.

Posteriormente, envió otro en el que confirmó su autoría en el crimen: “Contesta. Yo no estoy capacitada para cuidar al Marco. Yo voy a matarlo (…) tú sabes que yo estoy enferma. Háblale al papá del Marco que haga alguna hueá porque no he podido hablarle al hueón”.

Estos audios, junto con los testimonios de testigos, fueron claves para que la Fiscalía Metropolitana Sur formalizara la acusación en su contra por parricidio, que según el Código Penal de Chile aplica para casos de homicidio de una persona hacia su cónyuge, padre o madre, abuelos o hijos.

Por el momento, la mujer permanecerá en prisión preventiva mientras avanza el proceso judicial, que en principio se anunció por un plazo de 180 días.

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