La causa quedó caratulada como “supuesta muerte en accidente doméstico”, mientras continúan las investigaciones para esclarecer los hechos.
Un fatal accidente doméstico ocurrió el viernes por la tarde en una casa ubicada en la calle Fray Bertaca al 2500, en Resistencia, Chaco. Mario Alberto Gómez, de 38 años, perdió la vida tras la explosión de un ventilador casero que había fabricado para vender.
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La víctima murió por el desprendimiento de un aspa metálica que se le incrustó en su pecho, informaron fuentes policiales. Gómez llegó a la vivienda de J.Q., de 33 años, con el propósito de venderle el ventilador, que había armado con el motor de una hidrolavadora.
Al probar el artefacto, el ventilador comenzó a girar sin la parrilla protectora. Fue entonces cuando una de las aspas se desprendió e impactó en el pecho de Gómez. Tras el accidente, Gómez salió tambaleando hacia el frente de la casa y cayó al suelo, donde finalmente murió.
Al lugar llegó personal del 911 y efectivos de la Comisaría Cuarta, quienes se encontraron con un ambiente tenso: familiares y amigos del fallecido iniciaron una discusión que derivó en un altercado. Fue necesario el apoyo de otras unidades policiales para calmar la situación.
Al lugar acudieron peritos del Gabinete Científico, quienes recolectaron pruebas y registraron el lugar. El cuerpo de Mario Gómez fue trasladado por personal de la División Bomberos al Instituto de Medicina y Ciencias Forenses (IMCIF), junto con el aspa metálica que causó la fatal herida.
Por disposición del fiscal presente, también se secuestraron las piezas del ventilador para su análisis. La causa quedó caratulada como “supuesta muerte en accidente doméstico”, mientras continúan las investigaciones para esclarecer los hechos.
Los investigadores inspeccionaron la casa donde ocurrió el hecho, que describieron como un ambiente precario y desordenado. En una habitación de 4x4 metros hallaron una cama individual cubierta de ropa, una parrilla de ventilador de plástico negro sobre el colchón, un cable alargue con una zapatilla mal adherida a la pared, y manchas de un líquido similar a sangre en el suelo y el colchón. Las huellas de sangre se extendían desde la habitación hasta la entrada del domicilio.