Sérgio Conceição y Davide Calabria, referentes del Rossoneri, protagonizaron un escándalo en el final del partido.
La vibrante victoria del Milan por 3-2 ante el Parma en la fecha 22 de la Serie A quedó opacada por un escándalo inesperado. Sérgio Conceição, entrenador del equipo, y Davide Calabria, capitán Rossoneri, protagonizaron una acalorada discusión tras el pitazo final en el Estadio San Siro. El altercado, que sorprendió a jugadores y aficionados, evidenció tensiones internas que se habrían gestado días antes.
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El Milan logró un agónico triunfo tras remontar el marcador con goles de Tijani Reijnders y Samuel Chukwueze en los minutos 91 y 94, respectivamente. Sin embargo, la euforia del momento se transformó en desconcierto cuando Conceição salió del banco para recriminarle algo a Calabria. A pesar de los intentos del staff técnico y los jugadores por calmar la situación, ambos intercambiaron palabras airadas frente a todos.
Según medios italianos como La Gazzetta dello Sport y Tuttosport, el conflicto se originó por la presencia de Calabria en un concierto del rapero Lazza el viernes por la noche, solo dos días antes del partido.
Este acto habría provocado el enojo del técnico portugués, quien decidió retirarle la cinta de capitán y entregársela al arquero Mike Maignan. Otros jugadores como Theo Hernández, Ruben Loftus-Cheek y Francesco Camarda también habrían asistido al evento, lo que generó dudas sobre la disciplina interna.
En conferencia de prensa, Conceição restó importancia al incidente y lo calificó como parte del fútbol. "Fue un malentendido en el calor del partido. Aquí somos como una familia, y cuando alguien se equivoca, se lo decimos. Ya hemos aclarado las cosas", explicó. Por su parte, Calabria reconoció que la discusión quedó atrás y pidió disculpas, admitiendo que este no ha sido su mejor año en lo personal.
El técnico luso, quien asumió el cargo en enero tras la salida de Paulo Fonseca, ha logrado mejorar el rendimiento del Milan con cinco victorias en siete partidos y un título reciente en la Supercopa de Italia tras vencer al Inter. Pese a los conflictos, el equipo marcha sexto en la Serie A con 34 puntos, mostrando signos de recuperación bajo la conducción de Conceição.