En resumen, este tipo de trabajo colaborativo prospera gracias a la conjunción de las fortalezas de ambas partes. Por el lado de la IA, a través de la gestión de grandes volúmenes de datos; por el lado humano, la creatividad, inteligencia emocional, razonamiento ético y pensamiento crítico. De esta forma los equipos HAIC pueden resolver problemas complejos con mayor eficacia de la que cualquiera de las entidades podría lograr en forma independiente.
Está demostrado que los robots colaborativos y los sistemas de IA pueden realizar trabajos rutinarios de hasta un 70% más rápido que los métodos manuales, mientras que el uso de la IA para el procesamiento de datos reduce los tiempos hasta en un 90%.
En estas nuevas soluciones no sólo se busca la productividad, sino la inclusión y la equidad, ya que la IA puede colaborar con personas, como por ejemplo con problemas cognitivos, ofreciéndoles la oportunidad de incluirlas en la fuerza laboral”.
La IA y los puestos de trabajo
Existe una clara preocupación respecto del impacto de la IA sobre los puestos de trabajo. Un informe del Foro Económico Mundial de 2023 dice que su adopción provocaría la desaparición de unos 83 millones de puestos de trabajo en todo el mundo para 2027, pero a su vez podrían crear unos 69 millones.
Un ejemplo cotidiano de la incipiente HAIC es su aplicación en la Industria del Marketing Digital, donde está ayudando a las empresas a generar información automatizada, creación de consultas, interacciones con los clientes, comunicación, creación de presentaciones y contenido para las redes sociales.
El campo de la HAIC tiene un inmenso potencial para transformar las industrias al fomentar la coexistencia armoniosa entre los humanos y la IA. Desde la atención médica hasta la educación, la fabricación y las artes creativas, la colaboración tiene como objetivo la productividad, la innovación, la resolución de problemas y la mejora para la sociedad.
Al aprovechar las fortalezas de cada uno, los humanos y la IA pueden trabajar como equipos cohesionados y lograr resultados que ninguno de los dos podría lograr por sí solos.
(*) Dr. Ing. Sergio Salimbeni. Director del Instituto de Investigación en Arquitectura y Tecnología de la USAL.