La oposición cuestiona los comicios de 2024, que lo declararon ganador, y asegura que González Urrutia sacó más votos. Ayer se produjo una importante movilización tras la cual la líder opositora María Corina Machado denunció que fue detenida y luego liberada.
Nicolás Maduro, líder del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), asume hoy su tercer mandato consecutivo como presidente de Venezuela, tras ser declarado vencedor en las controvertidas elecciones del 28 de julio de 2024. El Consejo Nacional Electoral (CNE) le atribuyó el 51,95% de los votos, una cifra ampliamente cuestionada por la oposición y la comunidad internacional, quienes denunciaron irregularidades graves en el proceso electoral.
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Edmundo González Urrutia, líder opositor y exgobernador de Zulia, sostiene que los resultados fueron manipulados y asegura haber ganado con el 67,08% de los votos, según cifras recolectadas por observadores internacionales.
Desde su exilio en España, González Urrutia convocó una toma de posesión simbólica para hoy mismo, en lo que describió como un acto de “resistencia democrática”. Sin embargo, no se sabe aún públicamente cómo se producirá el retorno del líder opositor a Venezuela ni cómo será ese acto simbólico.
Maduro llegó a la presidencia de Venezuela el 19 de abril de 2013, gracias a una designación especial como consecuencia de la muerte de Hugo Chávez —de quien era funcionario—, tras lo cual ese mismo año le ganó por muy estrecho margen los comicios a Henrique Capriles, quien no reconoció el resultado.
Hasta su llegada al poder Maduro venía siendo, desde 2006, el ministro de Relaciones Exteriores de Chávez. Trabajó como chofer de colectivos en Caracas y luego se convirtió en líder sindical. Su trayectoria política comenzó a partir del sindicalismo chavista.
La preparación para la jura del tercer mandato de Maduro, que se realizará a las 12 del mediodía de Caracas (11 de Buenos Aires) ante un congreso (Asamblea Nacional) controlado por el partido gobernante, se llevó a cabo en un ambiente de máxima tensión dentro del país y de presión internacional. El jueves miles de venezolanos salieron a las calles en Caracas y otras ciudades para protestar contra la continuidad de Maduro. También hubo movilizaciones en otros países —entre ellos, Argentina—, con cientos de miles personas congregadas con banderas de Venezuela.
El jueves, al término de la movilización en Caracas, la oposición denunció la detención temporal de María Corina Machado, una de las figuras más prominentes del antichavismo: su partido sostuvo que fue interceptada al salir de la marcha y que fue liberada horas después.
El ministro de Interior de Venezuela, Diosdado Cabello, aseguró al respecto que si el Gobierno chavista hubiera decidido capturar a Machado, la opositora “ya estaría detenida”. Machado reapareció el jueves tras permanecer 133 días en la clandestinidad para encabezar la movilización en la víspera de la toma de posesión de Maduro.
El chavismo también movilizó a sus bases en la capital: durante toda la semana, se realizaron actos para respaldar a Maduro en las avenidas principales de Caracas, donde se instalaron campamentos y tarimas, en un intento de mostrar fuerza y cohesión ante el descontento popular local y de la diáspora venezolana, además de los crecientes cuestionamientos internacionales.
El inicio del nuevo mandato de Maduro provocó cierta división en la escena mundial: Rusia, China, Irán, Turquía y Cuba, entre otros países, expresaron su apoyo incondicional al gobierno venezolano, pero democracias como las de Estados Unidos, Argentina, Canadá, Chile y Uruguay declararon que no le reconocerán la legitimidad como presidente reelegido de Venezuela. Varios jefes de Estado, como Pedro Sánchez o Gustavo Petro, confirmaron que no asistirán a la toma de posesión.
La oposición y organizaciones defensoras de los derechos humanos denunciaron represión y una ola de detenciones en las últimas semanas. El martes, la policía detuvo al yerno de González Urrutia y la líder opositora María Corina Machado afirmó en sus redes sociales que fuerzas oficiales habían cercado la casa de su madre.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) acusó este martes al gobierno de Maduro de llevar a cabo una dura represión en los últimos meses, con “al menos 25 asesinatos, decenas de desapariciones forzadas breves, unas 2.000 detenciones arbitrarias, torturas y tratos crueles, inhumanos y degradantes”. Maduro aseguró esta semana que en los últimos meses han detenido a más de 150 personas extranjeras, que calificó como “mercenarios” por estar implicadas en conspirar para derrocar a su Gobierno.
En tal sentido, el miércoles insistió en calificar de “terrorista” al gendarme argentino Nahuel Gallo, detenido desde hace un mes en ese país, y dijo que al mantenerlo en esa situación “el Estado venezolano está ejerciendo su derecho a la legítima defensa”. Nahuel Gallo, gendarme argentino, fue detenido en Venezuela el 8 de diciembre de 2024 mientras intentaba ingresar a ese país desde Colombia para visitar a su esposa y su hijo. El presidente Milei condenó la detención, dijo que se trata de un “secuestro” y reclama su liberación inmediata.
La situación generó una creciente tensión diplomática entre la Argentina y Venezuela. El Gobierno argentino denunció la detención ante la Corte Penal Internacional y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que otorgó medidas cautelares debido al riesgo de daño irreparable a los derechos de Gallo. Además, la familia de Gallo no tuvo contacto con él desde su detención y no se sabe con certeza dónde está recluido.
El chavismo se moviliza para disimular el aislamiento internacional
Para la jura de Maduro, el chavismo organizó el “Gran Congreso Internacional Antifascista”, que reunirá a delegados de más de 100 países, incluidos líderes de movimientos sociales y partidos de izquierda. Pero se hará notar la ausencia de líderes clave en América Latina, como el presidente de Colombia, Gustavo Petro, o el de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lo que evidencia el aislamiento creciente de Caracas en la región.
Por caso, el presidente de Chile, Gabriel Boric, afirmó este jueves que inclusive “desde la izquierda política”, según resaltó, “el Gobierno de Nicolás Maduro es una dictadura”, tras ser informado de la detención de Machado.
En un comunicado conjunto emitido esta semana, varios gobiernos exigieron una auditoría independiente del proceso electoral antes de emitir un reconocimiento formal. Incluso países que históricamente mantuvieron relaciones cordiales con el chavismo, como México y Bolivia, evitaron tomar una postura definitiva.
El tercer mandato de Maduro comienza en un contexto económico crítico. Para 2025 se espera una inflación del 70%, 20 puntos más que lo proyectado para finales de 2024. Además, aunque intentó diversificar la economía, Venezuela sigue dependiendo de la producción petrolera. El Producto Bruto Interno (PBI) del país podría crecer en torno del 2.5% en 2025, pero el alza esto estaría limitada por otros inconvnientes, como un sistema tributario represivo, servicios públicos deficientes y una falta de crédito bancario que afecta a la economía en general.
La diáspora venezolana, que ya supera los 8 millones de personas, continúa creciendo, con miles de ciudadanos cruzando diariamente las fronteras en busca de mejores oportunidades. La pobreza en Venezuela sigue siendo una de las más altas en América Latina. Según estimaciones recientes, más del 53% de la población vive en condiciones de pobreza extrema, lo que equivale a personas que perciben menos de US$1,25 al día. Las consecuencias incluyen altos índices de desnutrición, falta de acceso a educación y salud, y migración masiva. Es importante destacar que estas cifras son estimadas debido a la falta de datos oficiales por parte del gobierno venezolano desde 2015, lo que dificulta un análisis preciso de la situación actual.
Uno de los pilares del gobierno de Maduro es el respaldo incondicional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). El control sobre los cuerpos de seguridad y las milicias populares es determinante para la estabilidad del régimen, incluso en los momentos de mayor presión interna y externa.