La ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, aseguró que "Argentina no va a mandar a chicos que nos puedan secuestrar".
A menos de dos semanas del inicio del Sudamericano Sub-20 en Venezuela, la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, expresó su preocupación sobre la participación del equipo dirigido por Diego Placente.
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La funcionaria del gobierno de Javier Milei advirtió sobre posibles riesgos de secuestros en un contexto de alta tensión diplomática entre Argentina y Venezuela tras la detención del gendarme Nahuel Gallo en Caracas.
"Argentina no va a mandar a chicos que nos puedan secuestrar. La Conmebol tendrá que pensarlo o tendrán que cambiar de sede", afirmó Bullrich en declaraciones a medios venezolanos. Según la ministra, el contexto político en Venezuela, marcado por la reciente asunción de Nicolás Maduro para un nuevo mandato, representa un peligro para la delegación argentina.
La ministra aseguró que están trabajando en un protocolo para identificar "los lugares donde un argentino corre riesgo" y destacó: "No podemos exponer a nuestros jóvenes en un lugar donde pueden ser tomados de rehenes".
Comparando la situación del gendarme detenido con un eventual riesgo para los futbolistas, Bullrich agregó: "¿Qué diferencia hay entre un gendarme y un jugador de fútbol? Lo pueden acusar de cualquier cosa, como si hubiéramos mandado a un policía disfrazado de futbolista. Es un riesgo inaceptable".
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La ministra instó a la Conmebol a reconsiderar la sede del torneo, programado para disputarse del 23 de enero al 16 de febrero. Sin embargo, hasta el momento, el organismo rector del fútbol sudamericano no se ha pronunciado oficialmente.
Desde la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) no emitieron declaraciones oficiales, mientras el cuerpo técnico liderado por Diego Placente sigue adelante con los preparativos para el certamen.
La situación se enmarca en un deterioro de las relaciones bilaterales entre Argentina y Venezuela tras la detención de Nahuel Gallo, quien permanece encarcelado bajo acusaciones aún no esclarecidas. A esto se suman los controles reforzados en Caracas y la ausencia de representación diplomática argentina en el país, lo que complica aún más el escenario.
Se espera que en los próximos días la Conmebol tome una decisión definitiva sobre la sede del torneo, en medio de crecientes preocupaciones por la seguridad de las delegaciones participantes.