X
Revista

Un estudio mundial asegura que las gaseosas y otras bebidas dulces disparan los casos de diabetes

El estudio arrojó también que Argentina está entre los tres países en los que más creció este vínculo.

07/01/2025

La asociación entre alimentos azucarados y el aumento de los casos de diabetes tipo 2 no es nueva, pero ahora un grupo de investigadores de Estados Unidos acaba de publicar un estudio global que mide el impacto de este tipo de consumo, específicamente en el caso de las gaseosas y otras bebidas azucaradas.

HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO

El trabajo fue publicado en la revista Nature Medicine y está firmado por científicos del Instituto Food Is Medicine, de la Facultad Friedman de Ciencias y Políticas de la Nutrición en la Universidad Tufts, en Boston, Estados Unidos. Se titula “Cargas de diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares atribuibles a las bebidas azucaradas en 184 países”.

"A nivel mundial, las cargas proporcionales atribuibles a las bebidas azucaradas fueron mayores entre los hombres que entre las mujeres, los adultos más jóvenes que los mayores, los adultos con mayor nivel educativo que los de menor nivel educativo, y los adultos en zonas urbanas que en zonas rurales. Por región del mundo, las cargas porcentuales más altas atribuibles a las bebidas azucaradas se registraron en América Latina y el Caribe", señala el artículo de Nature.

El estudio reveló que, a nivel mundial, 2,2 millones de casos nuevos de diabetes tipo 2 y 1,2 millones de casos nuevos de enfermedades cardiovasculares en 2020 (en comparación con 1990) fueron atribuibles a las bebidas azucaradas, lo que representa aproximadamente 1 de cada 10 casos nuevos de diabetes tipo 2 y 1 de cada 30 casos nuevos de enfermedades cardiovasculares.

Esto significa un aumento del 9,8% y el 3,1%, respectivamente. “Además, estimamos que alrededor de 340.000 personas murieron en 2020 por diabetes tipo 2 y enfermedades cardiovasculares relacionadas con las bebidas azucaradas”, señalaron los investigadores.

¿Cómo se estableció la relación entre las bebidas azucaradas y estas enfermedades?

Como suele ocurrir con este tipo de estudios epidemiológicos, la vinculación se hizo a través de la observación y la asociación. “Nuestras estimaciones se basan en los mejores datos disponibles y en suposiciones razonadas", explicaron los científicos, agregando que se trata de "un enfoque contrafactual que estima los efectos sobre la salud de la ingesta actual de bebidas azucaradas en comparación con un escenario sin dicha exposición”.

Los países más afectados

Entre los 30 países más poblados, el mayor aumento en el tiempo de nuevos casos de diabetes tipo 2 atribuibles a bebidas azucaradas se registró en Colombia, con 793 casos más por millón de habitantes, seguido de Estados Unidos (671 más), Argentina (544 más), Myanmar (522 más) y Tailandia (512 más).

El estudio también concluyó que el impacto del consumo de bebidas azucaradas es mayor en la diabetes tipo 2 que en las enfermedades cardiovasculares. ¿Por qué? “Se puede explicar por el mayor impacto de la adiposidad en la diabetes tipo 2 frente a la enfermedad cardiovascular, así como por el inicio de la diabetes tipo 2, que generalmente ocurre a edades más tempranas (cuando la ingesta de bebidas azucaradas es mucho mayor) en comparación con la enfermedad cardiovascular”, explicaron los investigadores.

Y agregaron que “los factores de riesgo competitivos para la enfermedad cardiovascular, como el tabaquismo, el colesterol y la presión arterial, reducen el impacto relativo de las bebidas azucaradas en la enfermedad cardiovascular en comparación con la diabetes tipo 2”.

El rol de la industria y la resistencia a las regulaciones

Los científicos analizaron el papel de la industria y concluyeron que “intereses comerciales de los fabricantes multinacionales y locales de bebidas azucaradas, que invierten en la cadena de suministro y en esfuerzos de marketing para aumentar las ventas mientras se oponen a los esfuerzos de políticas para frenar el consumo, son probablemente los impulsores del aumento del consumo de bebidas azucaradas”.

Luego, detallaron ejemplos en distintos países:

México enfrenta la oposición de la industria a su impuesto a las gaseosas, con informes respaldados por empresas que cuestionan la eficacia del impuesto para reducir el consumo y alertan sobre supuestos daños a la economía y el empleo.

Colombia intentó aprobar un impuesto a las bebidas azucaradas en 2016, pero la industria logró bloquearlo. Sin embargo, en 2022 finalmente se aprobó.

Tailandia implementó un impuesto a las bebidas azucaradas en 2017, con efectos positivos entre personas mayores y de bajos ingresos, pero con menor impacto en los jóvenes, debido a la intensa publicidad dirigida a ellos.

Reino Unido aplicó en 2018 un impuesto progresivo a las bebidas azucaradas, lo que llevó a las empresas a reducir el contenido de azúcar en ciertos productos. Sin embargo, el volumen total de ventas no disminuyó, probablemente debido a estrategias de marketing de la industria.

Los investigadores también advirtieron que la falta de acceso a agua potable puede contribuir al consumo de bebidas azucaradas en muchos países. "La escasez de agua limpia y los intereses comerciales pueden ir de la mano", explicaron, citando como ejemplo una ciudad mexicana donde la falta de agua potable fue atribuida, en parte, a las concesiones de agua otorgadas a empresas de refrescos.

Reducción de azúcar y sustitución por edulcorantes

Algunos segmentos de la industria han comenzado a reducir el azúcar en ciertos productos y regiones. “En Europa, Coca-Cola y PepsiCo han reducido el contenido de azúcar en un 30-50% en algunos productos, incluidos Sprite y 7-Up”, señalaron los investigadores.

Sin embargo, alertaron sobre un cambio en la estrategia de las empresas: “La comercialización y distribución de bebidas azucaradas a menudo se reemplaza por aquellas con edulcorantes no nutritivos”.

Aunque estos edulcorantes pueden parecer una opción menos perjudicial a corto plazo, los científicos advirtieron que "la creciente evidencia sugiere que estos compuestos no son inocuos y pueden causar daños en el microbioma y afectar la tolerancia a la glucosa".

Fuente: Clarín