A sus 38 años y con un Gran Premio de Cannes bajo el brazo por esta sensible película, Payal Kapadia se ha convertido en el último gran descubrimiento del cine de autor.
Por Jordi Batlle Caminal
Para Fotogramas
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Con una extraordinaria capacidad para radiografiar, de fondo, la densa y asfixiante realidad urbana de Bombay, la película de Kapadia pone el foco en el día a día de dos mujeres, compañeras de piso y de trabajo, y en una tercera obligada a abandonar su casa a causa de la depredación inmobiliaria. De estos tres rostros memorables, la cámara de Kapadia extrae delicadeza, sensibilidad y calado humano. Se nota la semilla que en su día plantó en el cine hindú el maestro Satyajit Ray: estos tres personajes heredan la desvalida soledad, el desarraigo, del pueblerino Apu de la famosa trilogía cuando llega a la gran ciudad y sus sueños y anhelos empiezan a desintegrarse. ‘La luz que imaginamos’ es sin duda una película muy triste, pero para nada desesperanzada: en el tramo final, que reúne a las tres mujeres en una localidad costera, percibimos el nacimiento de una fortaleza destinada a encarrilar el futuro. La naturalidad con la que se expone, sin subrayar nada pero con el tono justo, la pincelada reveladora, es formidable.
Para degustar un honesto y conmovedor ensamblaje de cine social y cine femenino.