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HMPV, el “nuevo” virus que inquieta a China: ¿qué es, cómo se propaga y puede ser una amenaza mundial?

Al metapneumovirus humano se lo conoce desde 2001, pero se estima que podría haber “saltado” a los humanos mucho antes, en los años '60. La incubación oscila entre 3 y 5 días y la duración promedio de la fiebre es de 10 días.

06/01/2025

Es un virus respiratorio, lo llaman HMPV, desde hace unos días protagoniza un brote de contagios en China y Malasia, y parece un mal chiste justo cuando se cumplen cinco años desde el inicio de la pandemia por Covid-19.

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El número de noticias alarmistas que por estas horas se pueden leer en medios internacionales y locales relacionadas al HMPV amerita poner paños fríos y explicar qué es exactamente el metapneumovirus humano, cómo se contagia y hasta qué punto es, realmente, una amenaza mundial nueva.

El HMPV (la sigla de human metapneumovirus, razón por la que los científicos eligen escribir “hMPV”, arrancando con minúscula) no es un patógeno nuevo. Se lo conoce desde 2001, pero se estima que podría haber “saltado” a los humanos mucho antes, en los años '60.

Lo de “saltar” es usando una expresión conocida desde la pandemia, que conviene ir desempolvando. En particular, para recordar que los virus no son seres vivos sino unas complejas moléculas de proteína y ácidos, que para infectar nuestras células precisan, primero, haber generado alguna clase de mutación, como parte de un proceso de adaptación en el que los seres vivos somos solamente la ruta de circulación.

El HMPV no es un coronavirus sino un agente patógeno de la familia del Virus Sincicial Respiratorio (VSR), el principal causante de los cuadros de bronquiolitis en chicos, y para cuya prevención está en marcha -justo en estos días- una campaña de vacunación destinada a embarazadas.

Este no es un punto menor: por más que taxonómicamente vengan de la misma familia, generen los mismos cuadros (bronquiolitis graves, neumonías...) y tengan formas de contagio y ataque parecidos, una diferencia clave entre el VSR y el HMPV es que el segundo no tiene, hoy, una vacuna preventiva asociada.

Volviendo al brote, es cierto que hay poca información disponible. Por ejemplo, falta un dato clave, que es el número real de infecciones detectadas; en este caso, en las provincias del norte de China, donde el invierno ahora es duro y las enfermedades respiratorias transitan su apogeo anual.

Pero hay que subrayar que ni la Organización Mundial de la Salud (OMS) ni los Centers for Disease Control and Prevention estadounidenses (CDC) lanzaron (hasta el momento) alertas o advertencias en ningún sentido.

¿Qué disparó la preocupación?

1) El alza de contagios en China, en comparación a un año atrás.

2) El consecuente atascamiento de consultas en las guardias de algunos hospitales al norte del gigante asiático.

3) Ciertos rasgos del metapneumovirus humano, que se prestan a no dejarlo pasar. O por lo menos, a recordar algunas lecciones básicas de la pandemia.

Cómo se contagia y a quiénes afecta

Uno de esos rasgos "atendibles" es la mortalidad en los casos de enfermedad grave. “La tasa anual de hospitalización por HMPV es igual a la de influenza y parainfluenza combinadas”, introdujo Jorge Quarleri, bioquímico, o más bien, “virólogo”, investigador Principal del Conicet en el Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (INBIRS).

Esa tasa, mirando las cifras más recientes de gripe de los CDC, oscila entre el 1,1% y el 1,5% de los infectados. Sin embargo, del total de los que debieron ser hospitalizados por metapneumovirus humano, “recientemente se mostró una tasa de mortalidad del 11%”, señaló Quarleri.

Pero hay que aclarar que cerca del 40% de los chicos hospitalizados por HMPV "tenían condiciones de alto riesgo subyacentes, como asma y enfermedades pulmonares crónicas”.

Quarleri resaltó las complicaciones que surgen a la hora de hacer el diagnóstico: “Los síntomas del HMPV son indistinguibles de los causados por el virus sincicial (VSR). El HMPV es el agente responsable de entre el 5% y el 10% de las hospitalizaciones de niños con infecciones agudas del tracto respiratorio. Ocupa el tercer lugar en el podio, detrás del VSR y los rinovirus”.

Ese podio es realmente notable. Los chicos se contagian tanto de este virus, que “los estudios de seroprevalencia muestran que entre el 90% y el 100% de los niños fue infectado para cuando llega a entre los 5 y los 10 años”.

Sin embargo, entre que la inmunidad adquirida en esa primera infección no es tan duradera y que existen varios genotipos del HMPV, las reinfecciones son posibles a lo largo de la vida, un tema especialmente problemático para los adultos mayores o personas con comorbilidades (principalmente, con EPOC, enfermedades oncohematológicas y diabetes, entre otras), ya que el cuadro podría derivar en una neumonitis o, incluso, en la muerte.

Incubación, síntomas e infección

El ABC de los síntomas y la incubación del HMPV no es muy distinto de otras infecciones respiratorias. “La incubación oscila entre 3 y 5 días y la duración promedio de la fiebre en casos positivos para HMPV es de aproximadamente 10 días”, compartió Quarleri.

Además de fiebre, los pacientes presentan "tos, hipoxia, infección del tracto respiratorio superior e inferior y sibilancias, es decir, ruidos indicadores de obstrucción en las vías aéreas inferiores. Sin embargo, las causas más comunes de hospitalización son la bronquiolitis y la neumonía”, enfatizó el virólogo.

Desde que fue detectado por primera vez hace casi un cuarto de siglo, el HMPV fue aislado en todos los continentes. No hay lugar del globo liberado de este patógeno de la familia Pneumoviridae que, no siendo en absoluto su pariente, se parece, en aspecto, al SARS-CoV-2: esa famosa pelotita con espigas alrededor.

Los casos de metapneumovirus humano crecen en la temporada de frío porque el contagio se da por microgotas en el aire, los famosos “aerosoles” que (se sabe a fuerza de cachetazos desde la pandemia) son más propensos a quedar flotando en los ambientes cerrados.

Si alguna vez hubiera un brote de HMPV en Argentina y se dispararan las consultas en las guardias, no sería tan fácil determinar las infecciones, se lamentó Quarleri. Al menos hoy, “muchos laboratorios clínicos no cuentan con la capacidad para realizar de forma rutinaria RT-PCR diagnóstica para la detección de este virus”

Las posibles mutaciones del HMPV

El metapneumovirus no solo se asemeja al Covid en el look. Además, tiene genoma de tipo ARN y es “envuelto”, como les gusta decir a los investigadores, un rasgo que importa por la mayor facilidad de mutación que tienen las proteínas virales expuestas en esa envoltura.

Hay que recordar que cuando los contagios por cierto virus crecen entre las personas, lo que está haciendo el patógeno es replicase; en la práctica, hace copias de sí mismo en las células humanas.

Y mientras más veces se copie a sí mismo, más chances habrá de que se generen errores de “fotocopiado”. Si cierto error le termina resultando, en alguna medida, funcional al virus, una nueva variante causada por la mutación podría asomar. Su fuerza, virulencia o infectividad serían, desde ya, impredecibles.

Por todo esto, no vale la pena minimizar como simples resfríos o “gripecitas” estos eventos; algo que, siente Quarleri, terminó ocurriendo con el SARS-CoV-2. Y, sin embargo, “sigue entre nosotros”, enfatizó.

Y no solo eso: "Exhibe una extraordinaria velocidad evolutiva que le permite generar nuevas variantes que están causando reinfecciones de forma continua, y que -además- le posibilita hacer frente a los tratamientos con anticuerpos y vacunas, que van menguando rápidamente su efectividad”.

“Cinco años después de que emergiera por primera vez en Wuhan, China, seguimos estudiando el SARS-CoV-2 para comprenderlo. Tanto, que se estima que tendríamos que leer más de 240 artículos cada día para mantenernos al día con toda la literatura publicada en 2024. No hay consenso sobre cómo el virus produce el Covid prolongado, los debilitantes síntomas que afectaron a millones tras haber superado aparentemente la infección, ni sobre cómo tratar o prevenir esta condición”, subrayó.

Quarleri se preguntó si aprendimos algo de la pandemia. La respuesta fue no: “Muchos rehúyen hablar del Covid. Es comprensible, pues nos oscureció, pero no todos debemos maniatarnos a esa sensación. Las responsabilidades son dispares. Olvidar las medidas de prevención nos hace proclives a tropezar dos veces con la misma piedra”.

Fuente: Clarín

TEMAS China Virus