A pesar de su brevedad, esta semana dejó un saldo alentador para los activos financieros locales, consolidando avances significativos tanto en bonos como en el mercado accionario.
Por Pedro Chavez Atia (*), para Diario Panorama
Los bonos Globales lograron subas destacadas, con rendimientos que oscilaron entre el 1,9% y el 3,0%, liderados por el GD46, que se consolidó como el gran ganador de la semana. Esta mejora en el mercado de renta fija refuerza el optimismo de los inversores, en un contexto donde las expectativas comienzan a mostrar cierto alivio.
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Por su parte, el mercado de acciones no se quedó atrás. El índice Merval cerró la jornada con una suba del 1,2%, alcanzando los US$2.314, un nivel que no se veía desde enero de 2018. Este repunte, impulsado por un excelente desempeño en la rueda del jueves, marca un hito en el camino de recuperación del mercado bursátil, devolviendo confianza a los actores del sector.
En el frente cambiario, el CCL Senebi cerró el viernes en $1.178, apenas por encima del cierre anterior de $1.177. Sin embargo, en comparación con el viernes pasado, el tipo de cambio presentó un retroceso del 0,8%, lo que permitió achicar la brecha cambiaria frente al dólar oficial. La diferencia se redujo a un 13,8%, marcando una mejora respecto al 15,2% de la semana anterior, un dato clave que aporta mayor estabilidad al mercado cambiario.
El Banco Central asegura reservas con una jugada estratégica
En un movimiento relevante para el panorama financiero, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) confirmó la concertación de un REPO (operación de pase pasivo) con cinco bancos internacionales por un monto de US$1.000 millones. Este acuerdo, con un plazo de 2 años y 4 meses, se cerró a una tasa SOFR-USD más un spread de 4,75%, lo que equivale a una tasa fija anual del 8,8%, al considerar swaps de tasa fija-flotante en igual período.
El BCRA utilizó como colateral los bonos BOPREAL Serie 1-D, pero llamó la atención la prudencia con la que manejó la operación. A pesar de haber recibido ofertas por un total de US$2.850 millones, el organismo decidió adjudicar solo una parte, respaldado por una proyección favorable en la acumulación de reservas. Este movimiento estratégico no solo refuerza las arcas del Banco Central, sino que envía una señal de confianza al mercado internacional sobre la capacidad del país para gestionar sus compromisos.
Un cierre esperanzador
La conjunción de estos indicadores —la recuperación del Merval, el ajuste en la brecha cambiaria y la estrategia del BCRA— refleja un panorama más optimista para los mercados locales. Aunque los desafíos persisten, las señales positivas comienzan a tomar fuerza, sugiriendo un camino de mayor estabilidad y confianza.
2025: Navegando entre incertidumbre y oportunidades de crecimiento
El panorama económico y financiero para 2025 se perfila como un terreno en el que la incertidumbre y las oportunidades de crecimiento convivirán de manera simultánea. Estados Unidos, nuevamente, se posiciona como un actor central en el escenario global, no solo por sus propios méritos, sino también como resultado de la desaceleración y los desafíos que enfrentan otras economías clave, como China y Europa. A pesar de los vientos en contra, el país norteamericano sigue ofreciendo perspectivas favorables para los próximos meses, pero también plantea riesgos inherentes que requieren una gestión activa y una planificación estratégica cuidadosa.
La dinámica política y económica de EE.UU. en 2025
La reciente victoria electoral de Donald Trump ha renovado el enfoque hacia sus políticas económicas de corte conservador, que podrían tener un impacto profundo tanto en la política interna como en las relaciones internacionales de EE.UU. En este contexto, su enfoque hacia una política fiscal expansiva y su actitud proteccionista podrían ser catalizadores para una mayor actividad económica. Sin embargo, las implicancias de sus políticas migratorias restrictivas y la guerra comercial podrían desencadenar efectos negativos que dificulten el crecimiento sostenido en ciertos sectores, especialmente en las cadenas de suministro globales.
El panorama económico de EE.UU. se mantiene robusto, pero también muestra signos de vulnerabilidad. El aumento de la deuda pública y las preocupaciones de los "bond vigilantes" acerca de la sostenibilidad fiscal son factores a tener en cuenta en un entorno de tasas elevadas. Las finanzas públicas requieren una atención constante, ya que el impulso al gasto podría derivar en tensiones adicionales que frenen el crecimiento a largo plazo.
La inflación y las tasas de interés como protagonistas
Uno de los desafíos más significativos que se extiende a lo largo de 2025 es el entorno de alta inflación. Aunque los esfuerzos para contenerla a través de políticas monetarias más restrictivas han tenido ciertos resultados, la inflación sigue siendo un fenómeno persistente. Este entorno refuerza el escenario "higher-for-longer" (más alto por más tiempo), lo que implica una persistencia de las tasas de interés elevadas durante un período prolongado. Esto no solo afecta a los consumidores, sino que también plantea riesgos para las empresas que se enfrentan a mayores costos de financiamiento.
Por otro lado, la volatilidad de las tasas de interés podría generar nuevas oportunidades para los inversores, especialmente en mercados emergentes que podrían aprovechar la diferencia de tasas a favor de un carry trade atractivo. Este escenario de rendimientos elevados representa una ventana estratégica para aquellos que estén dispuestos a asumir ciertos riesgos a cambio de rendimientos potencialmente más altos.
Valuaciones y expectativas de crecimiento: ¿un mercado sobrecomprado?
En cuanto a los mercados de renta variable, las valuaciones siguen siendo un tema crucial a analizar en 2025. Las bolsas estadounidenses, por ejemplo, se encuentran en niveles de valuación históricamente altos, lo que plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de su crecimiento en el corto y mediano plazo. A pesar de los vientos en contra de la inflación y las tasas, las expectativas de los inversores continúan siendo optimistas debido a los sólidos resultados corporativos y el enfoque continuo en la innovación tecnológica, especialmente en sectores como la inteligencia artificial (IA) y las energías renovables.
La estrategia que mejor se adapta a este entorno de mercados sobrecomprados es una gestión activa que se enfoque en encontrar oportunidades dentro de un mercado global donde las valuaciones ya están ajustadas. Este es un momento para ser selectivo, buscando sectores que ofrezcan crecimiento sostenido y retornos atractivos, sin dejar de lado la diversificación como herramienta clave para mitigar los riesgos inherentes a una situación económica global inestable.
Estrategias para un entorno incierto
Estrategia Barbell: Un enfoque equilibrado
Ante la volatilidad y el nivel elevado de incertidumbre en los mercados, la estrategia Barbell se perfila como una de las más efectivas. Esta consiste en mantener una parte defensiva en la cartera, buscando activos menos sensibles a los ciclos económicos y con una rentabilidad relativamente estable. Por otro lado, también se mantiene una exposición a activos más riesgosos, pero con perspectivas de crecimiento claro, como las acciones tecnológicas, especialmente aquellas relacionadas con la IA y la automatización.
Oportunidades de carry en un entorno de tasas altas
Las tasas de interés elevadas en los mercados desarrollados ofrecen una oportunidad estratégica para los inversores que busquen obtener rendimientos adicionales mediante el carry trade. Aunque el entorno sigue siendo volátil, las diferencias de tasas entre mercados emergentes y desarrollados permiten a los inversores obtener rendimientos más elevados en mercados fuera de EE.UU. y Europa, manteniendo una postura proactiva.
Diversificación en activos alternativos
En un mundo multipolar, con tensiones geopolíticas crecientes, la diversificación se convierte en un pilar esencial. Los activos como el oro, que históricamente han servido como refugio de valor, tienen un atractivo renovado. Con los déficits fiscales a la alza y un escenario de incertidumbre global, el oro se posiciona como una herramienta estratégica que puede proteger a los portafolios de las fluctuaciones más abruptas.
Inversiones sostenibles y tecnológicas como motores de crecimiento
En un mundo cada vez más enfocado en la sostenibilidad y la innovación, sectores como las energías renovables, la inteligencia artificial y los semiconductores siguen siendo claves para los flujos de inversión en 2025. Las empresas que lideren la transición hacia una economía más verde y aquellas que lideren la revolución digital seguirán recibiendo un apoyo significativo tanto de los inversores como de las políticas gubernamentales.
En síntesis, el 2025 es un año para la estrategia activa y la flexibilidad
A medida que nos adentramos en 2025, la gestión de riesgos se convierte en el factor diferencial entre el éxito y el fracaso. La incertidumbre global, combinada con un entorno macroeconómico complejo y desafíos políticos tanto a nivel nacional como internacional, requiere un enfoque de inversión meticuloso y adaptable. Si bien las perspectivas de crecimiento siguen siendo positivas, el año que se avecina es uno en el que la estrategia activa, la diversificación de carteras y una visión clara de los riesgos a mediano y largo plazo serán determinantes para optimizar los rendimientos.
En este contexto, los mercados de EE.UU. continúan siendo un bastión de oportunidad, pero la clave será mantener una visión de largo plazo, sabiendo cuándo estar expuesto a riesgos y cuándo tomar una postura defensiva. En un mundo incierto, las decisiones informadas y las estrategias flexibles serán la clave para aprovechar las oportunidades que se presenten.
(*) Por Pedro Chavez Atia AP 2057 – Comisión Nacional de Valores (CNV) – República Argentina.
Aclaración: El objetivo del presente es brindar a su destinatario información general, y no constituye, de ningún modo, oferta, invitación o recomendación para la compra o venta de los valores negociables y/o de los instrumentos financieros mencionados en él.