Hubo un tiempo en el que en los diarios se armaban tipográficamente los títulos de los partidos, para ganar tiempo en el taller de impresión. Se especulaba con lo que podía pasar, se armaban todos los títulos y contrarreloj se desechaban los que no servían.
Por Juan José Panno
Para Página 12
En una fecha como esta los títulos anticipados podían ser estos:
1) Vélez festeja el campeonato y Boca la clasificación al repechaje de la Copa.
2) Talleres festeja el título, premio consuelo para Huracán; ayudar a que Vélez no sea campeón. Boca se cuelga de la Copa.
3) Huracán campeón. Mató tres pájaros de un tiro: Vélez, Talleres y Boca. Y de paso mandó a River al repechaje.
Los títulos 2 y 3 se habrían desechado rápidamente, porque la jornada de la gran definición en la que podía pasar cualquier cosa no tuvo casi ninguna incertidumbre. Apenas un poco de misterio en los primeros minutos, pero pronto se vio que Vélez era más, mucho más que Huracán, y como consecuencia de esa gran diferencia futbolística no sorprendieron a nadie los goles que en el primer tiempo liquidaron la cuestión.
Se suponía que el que iba a ganar caminando en la fecha de las definiciones era Talleres, que en una Córdoba festiva recibía al modesto Newell's, pero se ve que los rosarinos incentivados por esa condición de equipo sin vuelo, o incentivados vaya a saber porqué terminaron imponiéndose 3-1.
Se suponía que iba a ganar caminando Talleres, pero el que ganó caminando fue Vélez. En realidad, ganó corriendo mucho y bien, ocupando mejor los espacios, variando las fórmulas de ataque, controlando con gran firmeza los arrebatos ofensivos de Huracán, prácticamente limitados a los pelotazos largos para que se las arreglara Abila.
La pelota pasó toda la tarde por los pies de Aquino, de Bouzat, de Ordóñez, que la rompieron y que manejan estratégicamente el partido de punta a punta, para alegría de esa cancha llena en la que se destacó la presencia de Bianchi, Chilavert y Falcioni.
Los neutrales que esperaban una montaña de emociones con cambios en las posiciones al compás de los resultados que se iban dando, se quedaron con las ganas porque las cosas quedaron muy claras en una y otra cancha. Vélez jugó un partidazo, se recuperó del golpazo de la Copa Argentina, y consiguió el campeonato que se merecía. Huracán se quedó con las ganas de aunque sea arruinarle la fiesta, River va sin sorpresas a la fase inicial de la Libertadores, y Boca se cuelga de los de Liniers para tener una chance más para entrar. Pero la fiesta grande sólo quedó reservada para los campeones.