La sal posee múltiples propiedades, entre ellas, destaca su efecto exfoliante y antiséptico.
Para lograr embellecer la piel y lucir mejor, las mujeres, sobre todo, son capaces de recurrir a los elementos caseros más insólitos, que prometen milagros. Pero la sal en la cara es una forma natural de exfoliar científicamente comprobada.
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Durante el verano, las largas jornadas en la playa y los baños en el mar son prácticas frecuentes que, además de resultar relajantes, pueden aportar numerosos beneficios siempre y cuando contemos con las medidas de protección adecuadas. La sal posee múltiples propiedades, entre ellas, destaca su efecto exfoliante y antiséptico.
Mayte Truchuelo, dermatóloga del Hospital Vithas Nuestra Señora de América y de Vithas Internacional de Madrid, explicó que “los baños en el mar en combinación con la humedad ambiental y la exposición solar limitada, por el efecto antiinflamatorio de los rayos ultravioletas del sol, resultan beneficiosos”. Además, la especialista reveló que “es bien conocida la utilidad de la sal en el tratamiento de infecciones de los dedos de la mano o alrededor de las uñas. En estos casos, los baños en agua caliente con sal poseen un efecto muy beneficioso”.
Los especialistas también comentaron que la sal marina devuelve los minerales que se pierden durante el día, como el potasio y el sodio que están presentes en nuestra sangre. Con la pérdida de esos minerales, por lo general, nos vemos más cansados y con tonos apagados. La sal es rica en yodo y calcio, lo cual nos ayuda a recuperar el equilibrio en la epidermis. La sal es un excelente antioxidante y previene el envejecimiento, restaura tejidos y refuerza el sistema vascular.
La sal ayuda a eliminar células muertas y dejar la piel suave. Sin embargo, es importante elegir el tipo de sal adecuado y mezclarla con otros ingredientes para evitar dañar la piel. Estos son los beneficios que genera:
Los ingredientes necesarios para exfoliar la piel con sal en la cara son:
Lo primero que hay que hacer es limpiar el rostro con un limpiador suave y agua tibia para eliminar la suciedad y abrir los poros. Luego, mezclar la sal marina con el aceite o la miel en un pequeño recipiente hasta obtener una pasta.
Después hay que aplicar el exfoliante con movimientos circulares suaves, masajeando la mezcla sobre el rostro durante 1-2 minutos. Enjuagar usando agua tibia y eliminar bien todos los restos de sal. Por último, hay que hidratar con una crema ligera o sérum para reponer la humedad de la piel.
Es importante tener en cuenta la frecuencia de la exfoliación de acuerdo a tu tipo de piel. Muchas veces se recomienda una vez a la semana, pero lo mejor es que conozcas tu piel y la exfolies con la frecuencia que tus necesidades lo exigen. Las pieles sensibles por lo general exigen una menor cantidad de exfoliación. Pero así como existen ventajas para ponerse sal en la cara, también hay precauciones ya que si tenés piel sensible, seca, heridas abiertas, o irritaciones puede empeorar estas condiciones.