Fuerzas de seguridad intensificaron la búsqueda en la localidad salteña, donde se concentran las operaciones para dar con el paradero de la joven desaparecida en 2011.
A 13 años de la desaparición de María Cash, este miércoles comenzaron los rastrillajes en busca de su cuerpo, tal como solicitó el fiscal Eduardo Villalba, a cargo de esclarecer el caso, luego de imputar al camionero Héctor Romero. El delito que se investiga es el de homicidio: se presume que la diseñadora fue asesinada. Hoy miércoles, en el primer día del operativo, los trabajos de las fuerzas de seguridad se concentraron a lo largo de la Ruta Nacional 16, en la zona de la localidad de El Galpón, departamento de Metán, a 160 kilómetros de la ciudad de Salta
El objetivo es recorrer probables lugares donde podría haber sido descartado el cadáver la víctima. El barrido en esos sectores podría extenderse a lo largo de tres días o durante el tiempo que sea necesario hasta completar las medidas, según lo programado por el Juzgado Federal de Garantías N°2 a cargo de Mariela Giménez.
Las tareas las llevarán a cabo agentes del Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas -que depende del Ministerio de Seguridad de la Nación- y del Cuerpo de Investigaciones Fiscales de Salta.
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Fuentes del caso informaron que la búsqueda podría abarcar gran parte del trayecto entre General Güemes y Joaquín V González, recorriendo diferentes tramos de las rutas 9, 34 y 16. Se trata de un camino que el camionero Romero hacía con frecuencia, trasladando mercadería para una empresa de supermercados.
En ese trayecto entre ambas localidades se halla el santuario de la Difunta Correa, en el paraje Palomitas, el lugar donde el detenido aseguró que dejó a María el último día que se la vio con vida, luego de subirla a su camión mientras hacía dedo en la rotonda de Torzalito, en General Güemes.
Romero, quien se encuentra bajo arresto domiciliario debido a su delicado estado de salud, fue detenido luego de que los detectives notaran contradicciones e inconsistencias en sus declaraciones, entre otras evidencias que llevaron a ubicarlo como sospechoso.
A raíz de ello, este año, desde la fiscalía pidieron la intervención telefónica de su línea y la de su entorno. Las comunicaciones se convirtieron en otra evidencia contra el imputado y acrecentaron las sospechas de connivencia sobre sus allegados.
Las pruebas reunidas posteriormente reforzaron la hipótesis de Villalba, quien concluyó en un escrito que “Romero la levantó (a María Cash) con la intención de abordarla sexualmente, pues lo hizo desde un lugar dificultoso para estacionar un camión de la envergadura que manejaba en ese momento, y de ahí, hasta el lugar a donde iba, J.V. González, cometió el delito, e hizo desaparecer el cuerpo”, tal como se desprende del dictamen que presentó ante la jueza para pedir su indagatoria.
Cuando tuvo la oportunidad de expresarse ante la jueza en la audiencia de imputación, Romero negó la acusación y afirmó que es “totalmente inocente”, que no le hizo “nada malo” a la diseñadora y que, si supiera algo de lo sucedido con ella, lo “diría”.
Sin embargo, Villalba sostuvo: “Creemos que dio una declaración mentirosa, inexacta y, en todo momento, trató de aferrarse a las declaraciones de personas que ya nosotros tenemos comprobado que desviaron la investigación. Por supuesto que negó ser el autor del hecho, pero claramente se comporta como un culpable”.
“Nuestra esperanza es darle una respuesta a la familia y que se quiebre el pacto de silencio que se vio fortalecido por las falsas denuncias, voluntarias e involuntarias, que llevaron a la búsqueda rápidamente en un sentido erróneo”, completó el funcionario judicial.
En esa línea, los detectives también buscan ahondar sobre la responsabilidad de personas que podrían haber beneficiado al acusado al posiblemente desviar la investigación, ya sea con datos falsos, imprecisos u omisiones.