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Los cinco mejores alfajores de kiosco, según un experto que probó más de 2500

Hernán Montes de Oca, se convirtió en un verdadero referente del mundo alfajorero. Oriundo de Villa Lugano, escribe reseñas de esta popular golosina y fue jurado de concursos. Evalúa la calidad y la cantidad de las materias primas usadas. ¿Coincidís en su elección?

10/12/2024

En el universo de los dulces, pocos productos despiertan tantas pasiones como los alfajores. Y si hay alguien que sabe todo sobre ellos, es Hernán Montes de Oca. Con 42 años y oriundo de Villa Lugano, se ha convertido en un verdadero referente del mundo alfajorero. Desde 2019, comparte en redes sociales reseñas de estas golosinas que han conquistado a generaciones de argentinos, ganándose el título de experto gracias su paladar entrenado.

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Su trayectoria no solo se limita a sus análisis digitales: Hernán ha sido jurado en competencias nacionales e internacionales de renombre, como el Festival del Alfajor en La Falda y todas las ediciones del Mundial del Alfajor. Estos eventos lo han consolidado como una autoridad indiscutible, convocado para evaluar las propuestas más tradicionales y las innovaciones más audaces en este dulce emblema nacional.

Con más de 2500 alfajores probados, asegura que ninguna variedad, cobertura o relleno le resulta desconocida. Ahora, Hernán da un paso más en su entrevista con el diario Clarín y comparte su veredicto definitivo: los cinco mejores alfajores del kiosco que, según su experiencia, merecen ocupar un lugar especial en la vitrina del sabor.

Cuáles son los cinco mejores alfajores de kiosco

1. Cachafaz

Para el experto este alfajor se destaca por su calidad. Si bien hoy se fabrica de manera industrial, este alfajor nació en un garaje. Para Hernán es uno de los pocos premium que se consigue en cualquier kiosco porque utiliza chocolate cobertura, y es de estilo marplatense.

Cuenta que desde sus inicios, en el 2001 se posicionó en la élite del mercado del alfajor. “Cuando uno prueba los alfajores de la marca realmente todos son buenos, buen dulce de leche, buena galleta, buena cobertura. Son alfajores al estilo marplatense que cuando comes uno, la vorágine del paladar te pide otro”, señala.

Lo describe de masa es “terriblemente suave”, y con relleno estupendo con mucho dulce de leche y el baño de chocolate muy sabroso”. Se consigue por entre $1.800 a $2.200.

2. Rasta

Para Hernán, el alfajor Rasta tiene que estar en el podio por su particularidad: “Si bien tienen la forma de un alfajor marplatense estos alfajores se distinguen porque sus galletas se bañan en su totalidad, por lo que el dulce de leche queda atrapado entre capas sin transmitir humedad a la masa”, describe.

Esto hace que el alfajor no pierda su crocancia. “En estas galletas predomina el sabor de cacao bien intenso en su totalidad, de alguna manera el sabor que arroja, particularmente a mi, me hace acordar al gusto de la galletita Tentación”, recuerda.

Para Hernán el dulce de leche viene en una cantidad muy acertada: “Al realizar la mordida se puede apreciar un noble acto, una mini explosión hacia los costados”. No puede decidirse entre el blanco o negro, ambos le parecen muy ricos: “En cuanto al alfajor negro tiene una intensidad de sabor sostenida, por momentos se lo nota contrastando con el dulce de leche de manera cordial. En cambio el alfajor con cobertura blanca permite salir un poquito de esa intensidad, si bien se sigue manifestando chocolatosa, proponiendo un sabor un poco más dulzón”, cierra. Ese alfajor se consigue a partir de los $1400.

3. Jorgito Blanco

Hernán elige al alfajor Jorgito blanco por su sabor de antaño, confiesa que lo lleva a su infancia y que ese sabor que él recuerda sigue siendo el mismo: “Es el de siempre, el que nunca falla”, explica.

Se compone de dos tapas de masa de vainilla con un dejo cítrico, una capa fina de dulce de leche y viene bañado en merengue, lo que le da su cobertura característica de color blanco, que se rompe y genera migas al morderlo. Se vende en los kioscos a partir de los $900.

4. Guaymallén

“Muchos se quejan pero la relación precio calidad es imbatible. Es un alfajor que nos acompañó a todos en algún momento de la vida”, declara. ¿Quién no ha comido un Guaymallén en otras épocas? Llevarse uno para ir a la escuela y comerlo en el recreo, acompañando una merienda, hasta he visto después de jugar al fútbol comer Guaymallén”.

Para Hernán este producto, que es uno de los más vendidos en los kioscos, es un emblema del país donde el baño de repostería es escaso, la masa tiene un sabor y aroma a vainilla muy bueno. “Es muy rico, sin mucho relleno aunque es el mismo que usa Havanna, sin mucho glamour, sin mucho alarde, pero sigue siendo rico”, señala.

“Siempre hay alguien que estira la mano y se lleva un Guaymallén, por su módico precio. En una encuesta que realicé fue elegido el alfajor del pueblo, y a mi consideración comparto con los que votaron por Guaymallén”, añade. Las versiones clásicas de dulce de leche o chocolate se venden por $500 aproximadamente.

5. Triple Fantoche y Capitán del Espacio

En este caso, el experto elige compartir el puesto entre un grande de la industria alfajorera como es el triple de Fantoche y un emblema de la zona sur de Buenos Aires, el Capitán del espacio.

Fantoche fue el creador de los alfajores triples, de hecho patentó la palabra “triple para que solo la pudiera utilizar su marca. “Este alfajor que fue partícipe de nuestra infancia sigue siéndolo de la de los niños de hoy”.

“Su masa es bien chocolatosa, se corta de buena manera con la cobertura de baño de repostería semiamargo. En el caso del negro logra una sensación de intensidad en el paladar”. Para Hernán ca cantidad de dulce de leche acompaña de manera fiable al comer el alfajor, aunque aclara que quizás la masa invada un poco en la degustación general, “pero lo cierto es que ya es un alfajor emblemático y fácil de encontrar en el mercado alfajorero”.

Para Hernán, el alfajor Capitán del espacio suele causar polémica por los comentarios y opiniones que genera. Es que es un alfajor que en su momento solo se conseguía en la localidad de Quilmes, lo que generaba un sentido de pertenencia de los quilmeños que lo defendían a muerte.

Hoy ya se consigue en la mayoría de los kioscos. “Es un producto que, a pesar de su trayectoria, se hizo popular en los últimos años. Este alfajor tiene ésto, genera sensaciones encontradas y opiniones diversas a favor y en contra”.

Se atreve a calificarlo como uno de los mejores del segmento triple. “Su sabor es muy dulce, su cobertura es una delgada capa. La masa tiene gusto achocolatado con una textura que al morderlo parece compactarse de inmediato. El relleno es un rico dulce de leche aunque su cantidad no es abundante, por lo menos en este ejemplar de tres tapas”, cierra. Se vende a partir de los $1200.