El Sumo Pontífice de 87 años apareció este sábado con un vistoso moretón a un lado derecho de la cara.
El papa Francisco sufrió “una contusión” que le provocó el hematoma en el rostro con el que apareció en los diferentes actos y ceremonias que tenía previstos este sábado, informó el Vaticano.
El hematoma del pontífice es “consecuencia de una contusión” sufrida el vienes por la mañana, cuando “se golpeó la barbilla con la mesilla de noche”, indicó el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni.
El papa celebró este sábado en la basílica de San Pedro su décimo consistorio, en el que nombró a 21 nuevos cardenales, y apareció con un vistoso moretón a un lado derecho de la cara.
A preguntas de los periodistas, el portavoz vaticano explicó que el hematoma era “consecuencia de una contusión de ayer por la mañana: se golpeó la barbilla con la mesilla de noche”.
Francisco elevó este sábado al rango de cardenales a 21 prelados de los cinco continentes, con una importante presencia latinoamericana, reflejo de su interés por las periferias en una Iglesia cada vez más globalizada.
Con este “consistorio ordinario”, el décimo desde su elección en 2013, el papa argentino, que cumplirá 88 años en pocos días, sigue consolidando su legado y moldeando a su imagen el colegio de cardenales que llegado el momento deberá designar a su sucesor.
Francisco designó a más del 78% de los 140 cardenales “electores”, aquellos menores de 80 años, con poder de voto en los cónclaves que requieren una mayoría de dos tercios para elegir un pontífice.
La ceremonia del Consistorio comenzó la tarde del sábado en el majestuoso marco de la Basílica de San Pedro en Roma, el mismo día de la reapertura de Notre Dame de París, a la cual el papa decidió no asistir.
Como es tradición, los nuevos “príncipes de la Iglesia” se arrodillaron uno tras otro ante el Papa para recibir la birreta, un bonete cuadrangular de color púrpura y un anillo. “¡Adelante!”, les dijo el santo padre en señal de aliento.
Riqueza en la diversidad
Desde su elección, Francisco destaca diócesis remotas en lo que llama las “periferias”, incluso en lugares donde los católicos son minoría, rompiendo con la costumbre de distinguir sistemáticamente a arzobispos de grandes diócesis como Milán o París.
Esta nueva promoción sigue la misma línea, con una importante representación de América Latina y Asia, pero solo dos de África (los de Abiyán en Costa de Marfil y de Argel).
Los nuevos cardenales latinoamericanos serán los arzobispos de Lima, Carlos Gustavo Castillo; de Santiago del Estero y primado de la Argentina, Vicente Bokalic; de Guayaquil, Luis Gerardo Cabrera; el arzobispo de Santiago de Chile, Fernando Natalio Chomali, y el de Porto Alegre, en Brasil, Jaime Spengler.
“Tenemos que profundizar esta línea de una Iglesia abierta”, dijo antes de vestirse de púrpura el argentino Bokalic en una entrevista al medio oficial de la Santa Sede, Vatican News.
Asia-Pacífico, la región que más ha crecido en la última década, está representada por el belga Dominique Joseph Mathieu, arzobispo de Teherán-Ispahán, por el arzobispo de Tokio y por el obispo de la comunidad ucraniana en Melbourne (Australia).
“Al fijar su mirada en ustedes, que proceden de historias y culturas diferentes y representan la catolicidad de la Iglesia, el Señor los llama a ser testigos de fraternidad, artesanos de comunión y constructores de unidad”, afirmó el papa en su homilía.
El nuevo colegio cardenalicio “presenta una diversidad rica, geográfica y sociológica”, lo que es una señal “positiva”, pero “a condición de que se refuerce la colegialidad”, señaló en una entrevista con AFP monseñor Jean Paul Vesco, de 62 años, arzobispo de Argel y uno de los promovidos.
El papa argentino, quien critica con frecuencia la “mundanidad espiritual” y busca librar a las altas esferas de la Iglesia del culto a las apariencias, también advirtió a los cardenales sobre el peligro de dejarse “deslumbrar por el atractivo del prestigio y la seducción del poder”.