Sandra Romero debuta como directora con este drama hermanado con el cine de Carla Simón, Elena López Riera y Clara Roquet, en el que utiliza herramientas cercanas al documental y cuyo reparto es, en su mayoría, no profesional.
Por Laura Pérez
Para Fotogramas
Sandra Romero se presenta desde ya como una de las directoras a seguir con este debut simultáneo al de 'Los años nuevos', serie creada por Rodrigo Sorogoyen quien la ha elegido para dirigir tres de sus capítulos. Su cine está hermanado con el de Carla Simón, Elena López Riera o Clara Roquet en su unión umbilical con la tierra, en este caso un pueblo de Jaén, y en el uso de herramientas cercanas al documental para construir un relato donde cada personaje tiene una mirada propia. Redacta el discurso visual con una gramática perfecta y sobre eso deja que los actores, la mayoría no profesionales, fluyan ante la cámara con la oralidad cortante y directa de la cotidianidad.
Porque aquí lo importante es lo que no se ha dicho y de pronto desborda con la llegada de Antonio, el hijo que se marchó a Madrid. Ese silencio que ha tapado la rabia de su hermano gemelo, con una discapacidad que lo sume en dolores, la frustración de su hermana, la culpa de él y el rencor de los tres hacia sus padres. En algunos momentos parecen una versión deconstruida de los Panero de 'El desencanto', pero sin ínfulas ni privilegios.
Para descubrir a una nueva cineasta con discurso y mirada muy firmes.