Este incremento forma parte de la política del Gobierno para continuar con la corrección de los precios y el ajuste de subsidios, con el objetivo de alinear las tarifas a los costos reales de producción de gas y generación de electricidad.
Hasta octubre, el gasto público en subsidios a estos servicios había caído un 34,4% en términos reales en comparación con el año anterior. Sin embargo, este ajuste en las tarifas tiene su repercusión en las boletas que los usuarios deben pagar.
Según un informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios de la UBA y el Conicet, hasta noviembre las tarifas de luz acumulaban un aumento del 189%, mientras que el gas había subido un 564%.
En cuanto al servicio de agua, Aysa reportó que las boletas en el AMBA se cuadruplicaron durante este año. El mayor aumento se produjo en abril, cuando la tarifa subió un 209%, y desde entonces los incrementos fueron mensuales y más moderados.
El incremento en el precio de la electricidad llega justo antes de la temporada de mayor demanda, debido a las altas temperaturas y el uso intensivo de aire acondicionado.
Por su parte, el precio del gas, que había experimentado una baja del 5% en octubre, registró un aumento del 2,7% en noviembre y volverá a subir en diciembre. Lo mismo ocurre con los precios de la nafta, que subieron un 2,7% tras un ajuste en noviembre, después de haber experimentado una reducción del 1% en octubre.