El principal acusado es Jorge Della Vedova, un reconocido cultivador de Villa Ciudad de América, quien enfrenta múltiples acusaciones de pequeños inversores y productores del sector.
La Justicia de Córdoba investiga lo que podría ser uno de los fraudes más grandes en el sector agrícola local, relacionado con la comercialización del codiciado azafrán, también conocido como el “oro rojo”, ingrediente clave en la fabricación de fernet, una de las bebidas más consumidas en el país.
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El principal acusado es Jorge Della Vedova, un reconocido productor de Villa Ciudad de América, en el departamento de Santa María, quien enfrenta múltiples denuncias por presuntas estafas a pequeños inversores y productores del sector.
La causa, que comenzó hace aproximadamente un año y medio, se centra en un esquema de inversión que muchos consideran una “estafa piramidal”. Según los denunciantes, el dinero de los nuevos inversores se utilizó para pagar a los anteriores, sin que realmente se produjera el azafrán prometido, lo que causó pérdidas millonarias.
El azafrán, uno de los condimentos más caros del mercado global, se convirtió en una alternativa cada vez más atractiva para los inversores, especialmente en Córdoba, donde la producción aumentó debido a la creciente demanda, incluida la industria del fernet.
Este condimento es esencial no solo para dar color y sabor en la gastronomía, sino también en la medicina tradicional, no solo para aliviar los trastornos del estado de ánimo, sino que además sirve para la función cognitiva, lo que lo convierte en un bien escaso y de alto valor.
Su historia se remonta a miles de años atrás, cuando los antiguos egipcios la utilizaban como perfume -según la leyenda, Cleopatra añadía azafrán a sus baños de leche– y como condimento. Los griegos y los romanos aprendieron a utilizarlo por sus propiedades medicinales, para tratar una amplia variedad de dolencias.
El cultivo de azafrán requiere condiciones específicas como un clima seco y soleado. La recolección es un proceso arduo: las flores deben cosecharse a mano y sus estigmas secarse y procesarse con gran cuidado. Este proceso convierte al azafrán en un producto de lujo muy demandado.
Este mercado atrajo a muchos inversores debido a las promesas de rendimientos altos, impulsados por la creciente demanda del condimento. Sin embargo, esto sumó riesgos asociados a una industria sin una regulación clara y dejó muchos productores sin los frutos de su inversión.
Según el expediente, entre 2017 y 2019, Della Vedova se separó de la red de productores de Azafrán Mediterráneo a la que pertenecía, para establecer su propio emprendimiento bajo el nombre de “Azafrán Villa Ciudad América”.
Fue así que solicitó dinero a los inversores para comprar, cultivar y comercializar bulbos de azafrán. A cambio, prometió que el dinero se reinvertiría en nuevos cultivos y que, con el tiempo, las ganancias aumentarían. Los inversores confiaron en el negocio y muchos de ellos firmaron contratos que incluían la promesa de que podrían retirar sus ganancias en dinero. Sin embargo, los resultados fueron muy diferentes.
A medida que pasaba el tiempo, muchos de los inversores intentaron retirar su plata, pero se encontraron con excusas. Della Vedova les explicó que los bulbos “se habían dañado” a causa de un hongo, o que no podía venderlos debido a la baja calidad de la cosecha. En algunos casos, las promesas de pago nunca se concretaron.
En realidad, el dinero de los nuevos inversores no se destinó al cultivo de azafrán, sino que -se sospecha- alimentó un esquema donde los pagos a los primeros inversores salían de las aportaciones de los nuevos, en un mecanismo típico de estafa piramidal. Esto indicaría que, en lugar de un negocio productivo, lo que habría existido fue una fachada que solo hacía circular el dinero sin generar un producto real.
Las primeras denuncias fueron radicadas en 2023. La causa en ese momento comenzó a ser investigada por el fiscal Alejandro Peralta Otonello, de la fiscalía de Alta Gracia, pero ahora pasó a manos de la fiscal Valeria Rissi, quien ya acumula múltiples denuncias de víctimas que aseguran haber sufrido las mismas maniobras.
“Por motivos que están siendo objeto de investigación en un cierto momento diversos inversores procuraron infructuosamente retirar su ganancia, lo cual no resultó posible ante la supuesta negativa del denunciado, quien habría aducido diversas excusas relativas a la imposibilidad de venta de los bulbos o por el menoscabo de estos a raíz de una presunta enfermedad fúngica. Todo ello es también objeto de pesquisa”, explicó la fiscal en diálogo con TN.
Hasta el momento, 23 personas denunciaron a Della Vedova por fraude, aunque recientemente se sumaron 15 testimonios adicionales que podrían ampliar el número de posibles víctimas. Según contó la fiscal, estos nuevos testigos están brindando detalles clave sobre el funcionamiento de la supuesta estafa y el incumplimiento de los acuerdos.
“Debemos determinar si las circunstancias implicaron algún ardid o engaño configurativo de las estafas que se denunciaron. Es lo que está procurando dilucidarse con las medidas que se están tomando”, explicó Rissi.
Esto podrán establecerlo, detalló la funcionaria, “principalmente de la recepción de los testimonios, el análisis de la documentación que fueron aportando así como la relación entre esto y la restante prueba que ya obraba en la causa”, ya que se trata de una investigación que inició hace aproximadamente un año y medio y que, anteriormente, se tramitaba en otra Fiscalía de Instrucción de la ciudad de Alta Gracia.
Según advirtió, la causa también está revelando otros posibles involucrados. Aunque no se realizaron imputaciones formales, se están investigando las conexiones entre Della Vedova y otros productores o intermediarios que pudieran haber participado en el presunto esquema fraudulento. Se sospecha que la falta de regulación en el mercado agrícola de azafrán permitió que se llevara a cabo el fraude sin un control adecuado.