El lateral, que zafó de la roja en el primer tiempo, no pudo evitarla luego y dejó a Boca con uno menos en la semifinal ante Vélez.
Luis Advíncula vivió una noche para el olvido en la semifinal de la Copa Argentina entre Boca Juniors y Vélez Sarsfield en Córdoba. El defensor peruano, que pudo haber sido expulsado en el primer tiempo por una falta a Matías Pellegrini, terminó viendo la roja al inicio del complemento por otra infracción al mismo jugador, dejando a su equipo con diez hombres.
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En el cierre de la primera mitad, Vélez aprovechó una desorganización defensiva de Boca, y Pellegrini encaró hacia el área perseguido por Advíncula. El peruano lo derribó desde atrás y el árbitro Pablo Echavarría optó por mostrarle la tarjeta amarilla, desatando la protesta de los jugadores del Fortín que pedían la expulsión directa.
La situación llegó al límite apenas iniciado el segundo tiempo. A los tres minutos, Advíncula, lejos del área rival, cometió una violenta infracción al propio Pellegrini. La acción le valió la segunda amarilla y, consecuentemente, la expulsión, dejando al Xeneize en inferioridad numérica.
El defensor salió del campo bajo una lluvia de silbidos de los hinchas de Boca presentes en el estadio Mario Alberto Kempes, visiblemente molestos por haber comprometido al equipo en un duelo tan trascendental.
El entrenador de Boca, Fernando Gago, no ocultó su enojo. Al ver la falta y la inevitable decisión de Echavarría, el técnico reaccionó con frustración y se dirigió al banco de suplentes mostrando su malestar por la actuación de su jugador.
La expulsión de Advíncula marcó un punto de inflexión en el partido, dejando a Boca con una tarea cuesta arriba en la lucha por un lugar en la final del torneo más federal del país.