El grave episodio ocurrió este lunes por la noche, en una casa ubicada en pasaje Lido al 2200, al sur de la ciudad santafesina.
En las últimas horas murió el nene de 10 años que había sufrido un grave accidente en Rosario. El pequeño estaba jugando con sus amigos cuando prendió fuego una botella y terminó con el 90% del cuerpo quemado.
El grave episodio ocurrió este lunes por la noche, en una casa ubicada en pasaje Lido al 2200, al sur de la ciudad santafesina. Tras un llamado al 911, un patrullero llegó a la zona. Sin embargo, la familia ya había trasladado al chico al Hospital de Niños Víctor J. Vilela.
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El primer parte médico indicó que el nene se encontraba en estado crítico tras “haber recibido quemaduras por fuego directo en gran parte de la superficie corporal”. “Ingresó anoche a la sala de cuidados intensivos y desde ese momento los médicos trabajan para su recuperación”, había informado el director del centro médico, Eduardo Casín, sobre la situación del menor.
Además, el médico había explicado que eran muy extensas las heridas por lo que el cuadro era muy complejo, ya que estas lesiones generan descompensaciones del organismo que son muy difíciles de balancear aunque se aplique el mejor tratamiento posible.
Pese a ello, había advertido que aunque se estaban llevando adelante los procedimientos necesarios, el pronóstico no era bueno. Finalmente, el chiquito perdió la vida este miércoles por la noche.
Hace apenas unos meses ocurrió una situación similar en Santiago del Estero. En la localidad de Frías, Dylan Alexander Maldonado, un nene de 10 años, sufrió graves quemaduras mientras intentaba encender un brasero con un líquido casero inflamable y murió luego de permanecer dos días internado.
El accidente ocurrió a mediados de agosto en una vivienda ubicada en la calle Corrientes 859 del barrio Sumampa. Dylan estaba en el patio de su casa intentando encender el fuego cuando un fuerte estruendo alarmó a la familia. Minutos después, el pequeño ingresó a la casa llorando con sus ropas en llamas.
Fue trasladado de inmediato al Hospital Zonal y, debido a la gravedad de las quemaduras de segundo grado en el pecho y en los brazos, fue derivado a un centro de mayor complejidad. A pesar de los esfuerzos médicos, Dylan falleció 48 horas después debido a un “shock séptico”, según informaron los médicos.
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