El cineasta francés Alexandra Aja nos adentra en un universo en el que un ente maligno intenta apoderarse de los hijos de la protagonista.
Por Miguel Ángel Romero
Para Cinemania
El cine de terror ha afrontado desde todas las aristas posibles la complejidad de la maternidad con ejercicios cinematográficos de la talla de filmes como Mamá (Andy Muschietti, 2013), Godnight Mommy (Severin Fiala y Veronika Franz, 2014) o Lamb (Valdimar Jóhannsson, 2021), entre infinidad de títulos. En esta misma línea, No te sueltes nunca juega con el límite entre el thriller psicológico y el drama sobrenatural para adentrarnos en la historia de una madre que vive aislada del mundo en un bosque junto a sus dos hijos pequeños.
Si bien la trama de la nueva película del francés Alexandre Aja (Las colinas tienen ojos, Infierno bajo el agua) no cuenta nada que no hayamos podido ver en muchas otras ocasiones, su fortaleza radica en el juego entre la realidad y la ficción, el mundo real contra el imaginario, el bien contra mal, a través de una madre que aleja a sus vástagos del mundo exterior. En esta disyuntiva, el cineasta se divierte al crear una contraposición para mostrar a una madre al borde del colapso (o no), dejando al espectador que en todo momento decida qué prefiere creer.
20 años después de su última incursión en el cine de terror con el filme Gothika, Halle Berry demuestra una vez su amplio registro interpretativo y su gran capacidad para ponernos los pelos de punta, convirtiéndose realmente en la gran fortaleza de Nunca te sueltes. Un trabajo encomiable en el que va dada de la mano en todo momento de los dos pequeños del filme, los jóvenes actores Anthony B. Jenkins (La liberación) y Percy Daggs IV (Los últimos días de Ptolemy Grey), cuyo trabajo está más que a la altura de la oscarizada actriz estadounidense.
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Si bien el claustrofóbico filme consigue crear una personalísima atmósfera al encerrar a los pequeños en una cabaña de la que tan solo pueden salir al bosque atados de una cuerda, yerra al no ir un paso más allá para aportarnos algo más que una sucesión de clichés y un mensaje más que explorado. Algo que, para que nos vamos a mentir, ha sido una constante en la carrera irregular de Alexandre Aja.
Lo que comienza como una sucesión de escenas potentes con jumpscares y un tono espeluznante acaba confluyendo en un clímax insatisfactorio, dejando agujeros y numerosos conflictos con un guion que no está a la altura de sus protagonistas. Así, Nunca te sueltes se presenta como una película efectiva para los amantes del terror más familiar, pero se borrará de su mente tan rápido como la han visto.