El atacante del Millo ingresó en el complemento, fue el más desequilibrante, pero no pudo evitar la despedida del equipo.
La eliminación de River Plate en la Copa Libertadores dejó una postal emotiva y desoladora: Claudio Echeverri, la joven promesa del equipo, no pudo contener el llanto tras el empate sin goles ante Atlético Mineiro, resultado que selló la salida del Millonario del certamen continental. Atlético Mineiro, que llegaba con una ventaja de 3-0 obtenida en la ida, accedió a la final, mientras el Monumental se cubría de tristeza.
El "Diablito", de apenas 18 años, ingresó en el segundo tiempo y logró revitalizar el ataque de River, pero su esfuerzo no fue suficiente para revertir el marcador global. Al término del partido, Echeverri, junto a otros jugadores como Germán Pezzella, mostró la decepción en su rostro y se dejó llevar por las lágrimas. El juvenil, quien fue vendido al Manchester City en enero, está próximo a despedirse del club que lo formó, aunque resta definir si se sumará al equipo de Guardiola o si será cedido a préstamo.
Marcelo Gallardo, en conferencia, destacó a Echeverri y al juvenil Franco Mastantuono, quienes ingresaron en el segundo tiempo. Aunque Gallardo advirtió que "no son salvadores", ambos jugadores fueron claves en el intento por cambiar la dinámica del partido. A pesar del resultado adverso, el “Diablito” Echeverri dejó una última muestra de su entrega en el Monumental, un escenario que ha sido testigo de su crecimiento futbolístico.