La actriz compartió a través de sus redes, encantada, la noticia de la llegada de Catalina, la primera hija de Francisco Capozzolo, su hijo del medio y la tercera de los nietos de Graciela.
En las redes eligió llamarse “Ícono Alfano” y no teme en calificarse como “diva”, pero Graciela Alfano hoy trascendió su imagen pública, la de eterna sex symbol de los argentinos, para abrazar un costado que la sensibiliza y la hace reconectarse con su yo interior: su rol como abuela. La actriz compartió a través de sus redes, encantada, la noticia de la llegada de Catalina, la primera hija de Francisco Capozzolo, su hijo del medio y la tercera de los nietos de Graciela. En una charla con Teleshow destacó por qué la conmueve este nacimiento y cómo su llegada es una celebración después del momento más duro que vivió su hijo en 2009 cuando un accidente automovilístico lo puso en estado crítico.
“Es la tercera nieta mujer”, destaca la exmodelo, que además tiene a Nina (4) y Maia (2) de su hijo Gonzalo, sobre esta “segunda generación femenina”. “El proceso fue muy lindo porque lo fueron contando despacito y lo fuimos disfrutando mucho todos. Además, yo tengo tres varones Nicolás, Francisco y Gonzalo, y ahora tres nietas. Mujeres. Pasé del mundo masculino de mis hijos, todo ese mundo de la pelota y del crecimiento de los varones, los autitos, el fútbol, a una segunda generación, que es un mundo totalmente femenino. Estos chicos jugaban y yo he pateado penales en mi casa”, rememora, divertida.
“Este mundo femenino de mis nietas lo disfruto de otra manera totalmente distinta, así que esta chiquita llegó con mucha alegría y la esperábamos mucho. Estábamos todos. Nina y Maia la besaban. Esto es muy fuerte. Siento que ser abuelo es como que te crece el corazón. Cuando creés que ya quisiste todo en la vida, esto te lleva a otro estadio”, reflexionó Grace, quien se encuentra en Miami y tendrá su esperado encuentro con su nieta los primeros días de noviembre.
HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO
En 2009 la exjurado del Bailando enfrentó el episodio más difícil: su hijo Francisco sufrió un grave accidente automovilístico en México que casi le cuesta la vida y por el que terminó con múltiples fracturas, incluyendo en la mandíbula, nariz y clavícula, además de un ojo dañado y un hematoma en la cabeza. Permaneció en terapia intensiva, tuvo un largo proceso de rehabilitación y Graciela encontró en la fe, y en especial en la Virgen de Guadalupe, la fuerza para ponerle el pecho a aquel momento.
“La llegada de Catalina tiene un impacto muy grande porque él estuvo en una situación muy complicada de vida. Cuando chocó, yo digo que fue un milagro. Ahora que él mismo esté dando vida me parece un hecho increíble. Es fuerte. Tiene un impacto fuerte en toda la emocionalidad”, se sinceró. “Él es un papá divino. Estuvo en el parto. Viste que ahora los varones entran al quirófano y están ahí pujando con las mamás. Me parece algo fabuloso. Inclusive el día anterior le hicieron un masaje especial a ella, y él también colaboró. Es todo una cosa muy linda lo que se da en esas parejas. Hoy se vive la maternidad y paternidad desde otro lugar”, reflexionó.
“Yo los veo muy bien. A él lo veo muy sólido como padre y a mí eso me emociona”, asegura, con la voz quebrada. “Tengo un nuevo hijo, le vi una nueva cara. No es el de siempre. Me emociona mucho cuando lo digo. Me mandó su foto con la nena y es otra carita. Es una felicidad increíble la que tiene y eso me da una gran alegría. Por más que no están durmiendo nada, como ya sabemos. ¡Preparémonos para la nueva temporada que no vamos a dormir por un tiempo largo!”, comentó, con humor.
Según cuenta, como abuela se da todos los privilegios y sus nietas, a la que ahora se suma Catalina, son las más agradecidas. “Yo como madre era distinta. Era muy exigente. Les exigía buenas notas, que estudien. La educación corresponde a los padres y a los abuelos les corresponde la malcrianza. Como abuela soy tremenda porque trato de, por supuesto, darle bolilla a los padres y cumplir con todo lo que me dicen y después nos estiramos un poquito. Un chupetín por acá. O de pronto nos quedamos despiertas fuera de hora. Nosotras nos quedamos mirando tele, contando cuentos y yo lo disfruto muchísimo, muchísimo”, confiesa Graciela.
“Me encanta ese mundo del niño creativo, que esté aventurero y curioso. Por ejemplo, a la plaza que tengo al lado de casa vamos y construimos refugios con ramas y llevó al perro. Mi nieta más chiquita mira las hormigas y me gusta que estén en contacto con la naturaleza. También les compro témperas lavables y dibujan todos los vidrios de mi casa. Son mis Frida Kahlo. Se pintan todo el cuerpo y después vamos todos a la bañadera”, dice, sobre cómo disfruta de ese tiempo con las niñas.
“Me conmueve porque yo creo que desde mi autenticidad, de quien yo puedo ser en el escenario y en los programas de televisión, yo tengo este papel de una diva: Graciela Alfano. Después yo soy quien soy y me gusta ser quien soy, con naturalidad, con espontaneidad, expresando con libertad mi ser, básicamente”, sintetiza, sobre su persona y personaje.
“Yo luché mucho en mi vida. Mucho, mucho y no me victimizo. Digo lo opuesto, que no hay que ponerse jamás en papel de víctima, sino en el de luchador. Te dan un obstáculo y es un desafío que uno tiene que poder con eso. Tuve muchos obstáculos en la vida y llegar en este momento, a tener estas tres criaturitas divinas que aparecieron. Ellas no saben quién soy. Vienen, te abrazan y te quieren por quién sos. Mi mensaje finalmente es nada más fácil que ser uno mismo. ¿Por qué no hacerlo fácil? Tal vez uno sea mejor aceptado. Lo que queremos todos es ser aceptados, ser queridos y siendo como somos”, concluyó, sobre su filosofía de vida.