El presidente de la empresa, Horacio Marín, confirmó en declaraciones radiales que a partir de la medianoche del martes 1 de octubre, la nafta reducirá su precio un 1% y el gasoil un 2% en todas las estaciones de servicio de la marca.
El presidente de YPF, Horacio Marín, dijo este lunes que las refinerías de la empresa venderán la nafta con un recorte del 4% y el gasoil con una rebaja del 5% a partir de las 00 horas del martes. Sin embargo, el impacto en el surtidor será del 1% y del 2% como resultado del aumento del impuesto a los combustibles y la variación del tipo de cambio.
“La gente va a ver reflejado a partir de las cero horas de hoy que el gasoil hoy en todo el país va a estar 2% menos de lo que está hoy y las naftas 1%”, dijo el ejecutivo.
En declaraciones a Radio Mitre, el número uno de la empresa controlada por el Estado dijo que la rebaja responde a las variaciones en el precio internacional de los combustibles. Y aclaró que la empresa quiere un trato justo con sus clientes, en el sentido de que van a experimentar subas cuando el precio internacional avance y bajas cuando retroceda.
HACÉ CLICK AQUÍ PARA UNIRTE AL CANAL DE WHATSAPP DE DIARIO PANORAMA Y ESTAR SIEMPRE INFORMADO
Durante la entrevista, Marín subrayó que esta medida forma parte de un “acuerdo justo” con los consumidores, en el que YPF reflejará las fluctuaciones internacionales del precio del petróleo en el costo final del combustible. “Cuando el precio del petróleo suba, YPF va a subir los precios de los combustibles. Si el precio del petróleo baja, YPF va a bajar los precios de los combustibles. Eso no ocurrió nunca en la Argentina”, afirmó el presidente de la petrolera. Este enfoque busca evitar que tanto la empresa como los consumidores sean subsidiados injustamente, tal como lo aclaró: “YPF no tiene que ser subsidiada, y los consumidores no tienen que subsidiar a YPF”.
Marín también detalló el alcance de esta medida, explicando que la reducción en los precios mayoristas será significativa, pero que los consumidores verán solo una parte de ese ajuste en los surtidores debido a la combinación de impuestos y variaciones en el tipo de cambio. “El esfuerzo de YPF es del 5% en el gasoil y del 4% en la nafta, pero lo que la gente verá reflejado será una baja del 2% y del 1%, respectivamente”, explicó. Este impacto limitado se debe, en parte, al reciente incremento del 1% en el impuesto a los combustibles, que contrarresta parcialmente la rebaja.
Horacio Marín
En otro momento de la conversación, el ejecutivo aprovechó para agradecer a los usuarios por su fidelidad, especialmente durante los momentos de subas importantes en el precio del combustible. “Quiero agradecer a todos los usuarios y consumidores de YPF por todo este tiempo en que tuvimos que hacer unos aumentos muy importantes, pero la marca continuó con el market share correspondiente”, destacó Marín, resaltando que la empresa sigue siendo un pilar de la distribución de combustible en todo el país.
Marín también se refirió al costo operativo de la empresa y al impacto que las tasas municipales tienen sobre el precio final de los combustibles. Criticó duramente el alto porcentaje de impuestos locales que gravan los precios, al señalar que en algunos municipios estas tasas llegan al 25% del valor final del producto. “Es una tasa municipal que no tiene mucho sentido para el precio de los combustibles. Me parece injusto con los consumidores”, expresó.
Además de la política de precios, el presidente de YPF abordó el futuro de Vaca Muerta y el proyecto con la compañía Petronas. Aunque algunos rumores indican que la empresa malaya podría abandonar el acuerdo, Marín fue tajante al aclarar que la decisión final aún no ha sido tomada. “Petronas tiene hasta noviembre para decidir si continúa o no”, explicó, y enfatizó que la viabilidad del proyecto dependerá de la obtención de contratos de compra de gas en Europa y Asia, mercados donde YPF busca firmar acuerdos en los próximos meses.
Finalmente, Marín confirmó que el gas licuado proveniente de Vaca Muerta será exportado desde el puerto de Río Negro, una decisión basada en razones económicas y logísticas. Esta infraestructura permitirá incrementar significativamente las exportaciones energéticas de Argentina, con la expectativa de generar ingresos de hasta 30.000 millones de dólares para 2030, contribuyendo al objetivo de reducir la pobreza en el país.