Catamarca presentó una estatua de la Virgen del Valle que se destaca por ser la más alta del mundo, con una imponente altura de 54 metros, superando al Cristo Redentor de Brasil.
La reciente inauguración en Catamarca del nuevo atractivo turístico, una estatua de la Virgen del Valle de 52 metros, generó una gran polémica. Esta obra, la más alta del mundo en su tipo, fue impulsada por el empresario local Walter D'Agostini, quien quiso devolver a la provincia lo que su familia recibió como inmigrantes.
“Nunca hicimos un plano ni nada por el estilo. Comenzamos la construcción y, cuando la terminamos, fuimos a medirla”, explicó D'Agostini, quien también comentó que la obra incluye infraestructura básica como un pequeño bar y servicios sanitarios.
El acceso a la estatua causó controversia debido a los costos asociados con el transporte de los visitantes. Los interesados deben pagar por un servicio de combi que los traslada desde la base de la montaña hasta el monumento, debido a la dificultad del camino. Los precios para el transporte son de 10 mil pesos para los residentes de Catamarca, 15 mil para visitantes de otras provincias y 20 mil para extranjeros. “Para ingresar, tienen que pagar por una combi que está abajo. Nosotros los llevamos y los traemos”, aclaró el empresario.
Virgen del Valle
Las críticas surgieron principalmente a partir de las declaraciones del periodista Marcelo Gallo, editor de El Ancasti, quien acusó al proyecto de “lucrar con la fe de la gente”. Gallo señaló que la obra, inicialmente presentada como un acto de devoción, reveló una lógica comercial que ha generado malestar entre los fieles. “Si hubiera sido presentado como un emprendimiento turístico, no habría problemas. Pero al presentarse como un acto de devoción y luego descubrir una lógica comercial detrás, resulta ser un mercader del templo, que es lo que se condena”, argumentó Gallo, quien también destacó que el esfuerzo físico necesario para llegar a la estatua puede ser un obstáculo para muchos.
A pesar de las críticas, algunos ven el proyecto como una oportunidad para posicionar a Catamarca como un importante destino turístico. La inauguración, que tuvo lugar el 7 de septiembre con la presencia del obispo local, generó una mezcla de entusiasmo y descontento en la comunidad catamarqueña, profundamente devota de la Virgen del Valle.