Un niño que crece en un entorno que respeta y promueve sus derechos es un niño que podrá convertirse en un adulto que contribuya positivamente a su comunidad y a la sociedad en general.
Por Fabián Coria* para Diario Panorama
El Día de las Infancias -que este año se celebra el 18 de agosto por ser el tercer domingo del mes- es una fecha que nos invita a reflexionar sobre el rol fundamental de los niños y niñas dentro de nuestras comunidades y la necesidad de garantizar sus derechos para asegurar un futuro para las próximas generaciones.
En muchas comunidades barriales, los niños son vistos como protagonistas activos. Ellos no solo son el futuro, sino que ya están moldeando su entorno y tienen la capacidad de influir en las dinámicas comunitarias del presente. Sin embargo, para que puedan ejercer este protagonismo de manera plena, es esencial que sus derechos sean respetados y promovidos en todos los ámbitos de la sociedad.
Los derechos de los niños, establecidos por la Convención sobre los Derechos del Niño, incluyen el derecho a la salud, a la educación, a una vida digna, a ser protegidos contra la violencia y a participar en las decisiones que afectan sus vidas, los cuales no deben ser considerados como meras aspiraciones, sino como obligaciones que debemos cumplir como sociedad.
Es crucial que las comunidades barriales se conviertan en espacios donde los niños puedan desarrollarse integralmente. Esto implica no solo garantizar el acceso a la educación y a la salud, sino también crear ambientes seguros y acogedores donde puedan expresarse, jugar, aprender y crecer dignamente.
Promover los derechos de los niños en el ámbito barrial es una tarea que involucra a todos: familias, educadores, líderes comunitarios y gobierno. Es un esfuerzo colectivo que requiere de una vigilancia constante para asegurar que las políticas públicas, los programas sociales y las prácticas cotidianas estén alineadas en la promoción de las infancias.
Un niño que crece en un entorno que respeta y promueve sus derechos es un niño que podrá convertirse en un adulto que contribuya positivamente a su comunidad y a la sociedad en general. De esta manera, al asegurar el bienestar y el desarrollo de las infancias, estamos construyendo las bases para generaciones futuras más fuertes, justas y equitativas.
*Fabián Coria - Presidente de la Asociación Civil "Pancitas Contentas"