X
Opinión y Actualidad

Japón es un cisne negro: dólar, tasas, FMI y el dilema de Luis Caputo

El gobierno de Japón se halla involucrado en una gigantesca operación de carry trade de 20 billones de dólares. El impacto en la estrategia de Luis Caputo.

05/08/2024

Por Julián Guarino, en diario Ámbito
Hay formas y formas de llamar la atención. Lo sabe el ministro Luis Caputo. Uno puede, por ejemplo, hacer luces al cielo, pegar un grito, levantar la mano, tirar bengalas. Y está bien. O, llevado por la desesperación, incendiar la casa donde vive y si, al final del experimento, resulta que nadie ha visto -o ha querido ver- la enorme columna de humo, entonces se queda irremediablemente sin nada, no hay auxilio primario, y tampoco techo donde guarecerse.

El Gobierno comienza esta semana como terminó la anterior o quizás peor: buscando una señal de aliento que llegue desde el Fondo Monetario Internacional (FMI). El momento no es ideal: por estas horas, la fuerte caída de 14% en la bolsa de Japón refleja el pánico inversor a la suba de tasas del banco central nipón.

Nadie mejor que el ministro Luis Caputo para entender qué ocurre cuando un carry trade de dimensiones astronómicas se desarma: se rompe la bicicleta. Con sus líneas de crédito a tasa mínima, el gobierno de Japón se halla involucrado en una gigantesca operación de carry trade de 20 billones de dólares. Es de donde tomaban -y toman- el dinero barato los grandes fondos de inversión para hacer sus apuestas en distintos mercados como Wall Street. La reducción del diferencial entre el yen y el dólar (Japón sube tasas y EEUU se apresta a bajarlas) redundará en que estos grandes fondos deberán cerrar sus operaciones de riesgo, esto es, deberán vender los activos de “carry” para cubrirse, liquidando esos activos en el mercado. ¿Pone esto en riesgo el préstamo que los bancos internacionales diseñaron para que el gobierno argentino pueda pagar su deuda? ¿Qué impacto podrá tener en la cotización de la deuda argentina, considerada de mayor riesgo?

El futuro del dólar en la Argentina: una versión
Para el lector, el dato no debería ser menor: hacia allí hay que mirar si quiere saber cómo seguirá la evolución del riesgo país que es, a no dudarlo, el juez que zanjará la suerte del frente financiero argentino en las próximas semanas, de no mediar modificación alguna en el plan económico que lleva adelante el ministro Luis Caputo. Esto también es relevante porque las tensiones resultantes balizarán el sendero por donde transitará el dólar.

Suma el Gobierno una coyuntura poco amigable que podrá anegar los pedidos al FMI. ¿Por qué es importante el riesgo país? Porque representa el costo financiero que debería pagar el país (sumado a la tasa del bono del Tesoro de EE.UU) para refinanciar la deuda en dólares que habrá que cancelar en los próximos meses. Un riesgo país por encima de los 700 puntos básicos implica que el Gobierno no podrá refinanciar su deuda a un costo sensato para la historia crediticia argentina, con las consecuentes tensiones que irán acumulándose.

La última semana, el riesgo país superó los 1600 puntos, es decir que duplica largamente esa cifra. ¿Qué miran los analistas de riesgo? Observan qué capacidad de pago tiene Argentina de su deuda en el corto plazo, que coincide con la tasa que pagan los títulos en el mercado internacional. A mayor riesgo, mayor tasa pide el inversor y menor precio en la cotización del bono, mayor descuento.

Ahora, hagamos, de nuevo, la pregunta. ¿Por qué es importante mirar el riesgo país? Porque en pos de buscar la coyuntura necesaria para la refinanciación de la deuda, pareciera que la oportunidad no llegará a tiempo. Es decir que, por descarte, y debido a numerosos factores que sería largo enumerar, la Casa Rosada no podrá refinanciar la deuda acumulada en los mercados financieros internacionales, lo que ha decretado que el Gobierno deba esperar de la ayuda de los organismos multilaterales de crédito. Entonces, habrá que preguntarse: ¿qué pide el FMI para gatillar algún tipo de ayuda?

El verdadero meollo de la cuestión: qué quieren unos y otros
La paradoja se esconde en esta respuesta y es, en gran medida, un emergente del complejo escenario en el que se encuentra el ministerio de Economía. Para aplacar la inflación y marcar un camino descendente, el Gobierno ha dispuesto un plan para acortar la brecha cambiaria entre el dólar oficial y el financiero. Esto implica utilizar las reservas del BCRA -pero también los dólares que ingresarán del blanqueo- para alimentar la oferta del mercado financiero, lo que redunda en una baja del número neto de reservas. En los hechos, el dólar CCL viene de bajar desde los máximos y la brecha con el dólar importador se ubicó nuevamente por debajo del 20%, algo que, para los analistas, resulta fundamental si es que el Gobierno busca que el mercado crea que la prioridad es salir del cepo cambiario. Por esa razón es dable pensar que la Casa Rosada busca que se aplaque rápidamente la inflación, para que no se incurra en un mayor atraso cambiario.

¿La paradoja? Que el presidente Milei prefiere alimentar su popularidad a base al superávit fiscal (emisión cero) y al recorte inflacionario con una receta que, a medida que pasa el tiempo, lo aleja de la posibilidad de unificar el tipo de cambio, es decir, lo que pide el FMI para asistir al Gobierno. A mayor intensidad en bajar la brecha cambiaria con dólares del BCRA, mayor pérdida de divisas y menor posibilidad de afrontar los pagos de la deuda, con la consecuente baja de las cotizaciones de los bonos y suba del riesgo país. Esto es así porque difiere en gran medida lo que quiere el Gobierno -bajar la inflación, alimentar la popularidad presidencial- de lo que quiere el FMI -que los dólares dejen de salir de las reservas. He aquí la pregunta sin respuesta que ha hecho ganar en inestabilidad a los activos argentinos.

Dólar, Trump y el 'aguafiestas' de Claver Carone: conmigo no, Milei
Se suma a esto la gravitación de una idea con la que coquetea el Gobierno: el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en algunos meses y la obtención, por la vía política, de un nuevo préstamo por parte del FMI para la Argentina. Pero alguien parece haberse percatado de esta fantasía. Mauricio Claver Carone, uno de los principales hombres de Donald Trump en la región le dejó al gobierno de Javier Milei. Hay que recordar que fue Claver Carone quien intercedió ante el FMI para otorgarle a Mauricio Macri el crédito más grande de la historia. "La política de ganar tiempo pensando que con Trump va a conseguir más dinero del Fondo es una ilusión, es ilógica y va a llevar al fracaso. Primero, porque no funciona de esa manera. Y segundo, Milei y Trump todavía no tienen relación”, señaló Carone, la última semana, en una entrevista, empantanando la estrategia del ministro Luis Caputo para evitar un salto en el tipo de cambio. ¿Viajará el ministro Federico Sturzenegger a Washington para reconducir la relación?

Por último, deberá preguntarse el lector por las decisiones que ha tomado el ministro Luis Caputo en los últimos días. Quedan algunas horas para saber cuántas reservas viene utilizando el BCRA con la finalidad aplacar la demanda de dólares financieros que se ubican en la zona de los $1330-$1350, cuántos dólares provienen del blanqueo o cuántas divisas pertenecen a la liquidación del dólar blend de los exportadores.

Dando por sentado que la Casa Rosada apela a que la recesión continúe en los próximos meses y así mitigar la posibilidad de que se sume demanda de dólares por parte del complejo importador, el frente financiero vacila.

En rigor, pareciera que el Gobierno apuesta todo ahora al repo por parte de los bancos del exterior y, un poco menos, a los dólares que comenzarían a ingresar con mayor ritmo del blanqueo. Atrás quedó el empeño del oro del BCRA en Londres, y pareciera ir perdiendo atractivo -para el mercado- la promesa de “emisión cero”, sobre todo porque el Gobierno apela a esa idea-fuerza para mitigar las expectativas de devaluación que van en aumento y la acumulación de reservas en el Banco Central que va en sentido contrario.

Si la Casa Rosada promueve la idea de que el problema es que “sobran pesos”, los inversores parecieran pensar que el verdadero problema es que el plan económico, tal como está, no alcanza para reunir los dólares necesarios ni conformar al FMI, hasta ahora la única llave que podría menguar la posibilidad de una reestructuración de la deuda. Esta lectura se vuelve más urgente a medida que el escenario internacional ofrece mayor aridez, con dinero más caro en Japón, fondos de inversión desarmando posiciones de riesgo y una suba de la prima de riesgo a los países con un historial crediticio de volatilidad e incumplimiento.