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Septiembre de 2024
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María Corina Machado, cerebro y líder de la oposición de Venezuela que busca sacar al chavismo del poder

Sus seguidores destacan su “coherencia”, sin medias tintas, y su promesa de acabar con el socialismo de la llamada Revolución Bolivariana para dar paso a un sistema liberal.

25/07/2024

La gente llora al verla pasar, muchos se abalanzan al camión que la lleva, otros ondean banderas a su paso y alguno hasta la llama “Libertadora”: aunque inelegible, María Corina Machado despierta un sentimiento casi religioso en Venezuela.

Machado (Caracas, 56 años) recorre el país con la bandera del “cambio” tras 25 años del gobierno chavista y un acumulado de decepciones de la dirigencia opositora tradicional, de la que muchas veces marcó distancia e, incluso, fue factor divisor.

Sus seguidores destacan su “coherencia”, sin medias tintas, y su promesa de acabar con el socialismo de la llamada Revolución Bolivariana para dar paso a un sistema liberal.

“Expropiar es robar”
Ingeniera de profesión y madre de tres hijos, Machado comenzó su camino político en 2002, cuando creó la organización Súmate, que impulsó un referendo para revocar el mandato del entonces presidente Hugo Chávez (fallecido en 2013), y siguió hasta el Parlamento, donde encaró a aquel mandatario cuando era intocable, casi un Dios.

“Expropiar es robar”, le reclamó a Chávez en su rendición anual de cuentas ante el Parlamento en 2012. “Le sugiero que gane las primarias porque está fuera de ranking para debatir conmigo. Águila no caza moscas”, replicó el mandatario.

Una década después, Machado lo hizo, y expertos la comparan como fenómeno político con el arrastre que tuvo el propio Chávez.

En octubre de 2023, se consolidó como líder de la oposición al arrasar en las primarias para ser la candidata frente al presidente Nicolás Maduro el 28 de julio. Acaparó más del 90% de casi 3 millones de votos.

Pero su candidatura presidencial fue frustrada por una inhabilitación política por 15 años que la corte suprema ratificó en plenas negociaciones entre el gobierno, la oposición y Estados Unidos, también protagonista del proceso, por condiciones electorales.

Edmundo González Urrutia la representa en la boleta electoral, inscrito en el último minuto tras el veto de otras opciones.

“Nuestra libertadora”
De hecho, aunque no está en la boleta, ha sido el rostro de la campaña. Lleva meses recorriendo el país, en auto porque el chavismo no le permite abordar un avión. Y en cada parada es recibida por multitudes entusiastas.

“Es nuestra libertadora”, dijo Trina Rosales, de 60 años, después de una masiva caravana en San Cristóbal (estado Táchira, oeste). “Es nuestra esperanza, nuestra libertad”, completó su hija Michelle Rosales, de 40 años.

Sentada en el parabrisas, saluda a todo quien le busca su mano para estrecharla. Termina con moretones en los brazos y con las manos doloridas. Pero no cambia la rutina: alza niños, abraza ancianos, habla de esperanza y de reencuentro.

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