La canciller Diana Mondino encabeza la delegación en Asunción y se espera un discurso muy similar al que dio en la OEA. Los puntos que el resto de los países siguen bien de cerca.
La cumbre de líderes del Mercosur expone las fuertes diferencias políticas e ideológicas que hoy separan a sus países miembro. La reunión del lunes en Asunción estará marcada por la ausencia de Javier Milei, en medio de la tensión creciente con Luiz Inácio Lula da Silva y con Luis Arce, el presidente de Bolivia que participará ya como miembro permanente luego de que el congreso boliviano aprobara la adhesión al bloque.
Más allá del acto formal en el que Brasil le entregará la presidencia pro tempore a Paraguay, es muy difícil esperar anuncios o acuerdos en conjunto, sino más bien discursos antagónicos entre cada uno de los líderes y representantes de los -ahora- cinco países que forman parte del Mercosur.
Con una primera vuelta electoral en octubre y un posible balotaje en noviembre, Luis Lacalle Pou empezará a despedirse como presidente de Uruguay de un bloque al que llegó a considerar de “lastre” y siempre fue muy crítico por las trabas que presenta para llevar adelante negociaciones bilaterales con otros países o alianzas.
Lula y Arce jugarán en tándem, algo de lo que fue informado Milei antes de anunciar su ausencia en la cumbre. Inclusive, el brasileño tiene pautada una visita oficial a Bolivia el martes, en medio de la polémica por la denuncia de golpe de Estado y la fragilidad política boliviana. Por su parte, se espera que Santiago Peña, aunque más moderado que Lacalle Pou, también manifieste su descontento con el rumbo que tiene el Mercosur.
Este domingo, en su reunión con sus pares regionales, Mondino pidió “un shock de adrenalina” para el Mercosur.