¿Qué tal lejos estamos de esta modernización en Argentina?
Por Juan Pablo Chiesa, en diario Ámbito
La Inteligencia Artificial (IA) está revolucionando el mundo a un ritmo vertiginoso, y su impacto en el mercado laboral es innegable. Si bien muchos temen que la IA automatice empleos y desplace a trabajadores, es crucial adoptar una perspectiva más equilibrada y reconocer su potencial para transformar y mejorar nuestras vidas laborales.
Argentina debe pensar y diseñar una legislación específica para regular la IA habida cuenta que la población global avanza en tecnología y se están reformulado el concepto de trabajo.
La discusión sobre el impacto de las TIC y la automatización sumada la IA, en el mercado del trabajo, es vasto y multifacético.
Es cierto que la IA puede automatizar tareas repetitivas y rutinarias, liberando a los trabajadores para que se enfoquen en actividades que requieren creatividad, pensamiento crítico y habilidades interpersonales. Esta transición puede generar nuevas oportunidades laborales en áreas como el desarrollo de software, análisis de datos y gestión de proyectos.
La IA también puede mejorar la eficiencia y productividad en diversos sectores. En medicina, por ejemplo, la IA puede ayudar a diagnosticar enfermedades y desarrollar tratamientos más seguros. En la industria manufacturera, puede optimizar procesos y reducir costos.
Sin embargo, es fundamental abordar los desafíos que plantea la IA. La automatización de empleos puede generar desigualdades y marginar a aquellos que no poseen las habilidades necesarias para adaptarse a los cambios. Es crucial invertir en educación para preparar a la fuerza laboral para los trabajos del futuro. Tenemos que pensar y ver la IA como un aprendizaje automático, la visión por computadora y otras técnicas que permiten a las maquinas aprender de la experiencia y ajustarse a nuevas aportaciones. Básicamente la IA es un sistema o sistemas que imitan el funcionamiento del cerebro humano.
Además, es esencial garantizar que la IA se utilice de manera responsable del lado del empleador y del empleado. Debemos evitar la discriminación algorítmica y proteger la privacidad de los datos. La colaboración entre gobiernos, empresas y la sociedad civil es fundamental para establecer marcos regulatorios adecuados.
En conclusión, la IA no es una amenaza inevitable para el futuro del trabajo, sino una herramienta poderosa que puede mejorar nuestras vidas laborales si se utiliza de manera responsable y equitativa. La clave está en adaptarnos a los cambios, desarrollar nuevas habilidades y aprovechar las oportunidades que ofrece esta tecnología en constante evolución. El futuro del trabajo no es un escenario de reemplazo, sino de colaboración entre humanos e IA para lograr un futuro más próspero y equitativo para todos.