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Junio de 2024
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Opinión y Actualidad

Crítica de "Back to Black", el dulcificado biopic de Amy Winehouse

Excelente interpretación de Marisa Abela en la piel de la artista que pudo haberlo conseguido todo en la música y que, con 27 años, murió víctima del alcohol y las drogas.

04/06/2024

Por Jordi Batlle Caminal
Para Fotogramas

En la edad dorada del cine clásico, tenía un innegable encanto (desde una óptica camp, potenciada por el flamígero Technicolor de la señora Natalie Kalmus) ver al simpático Cornel Wilde y a la simpática Merle Oberon simulando ser Chopin y George Sand en algo llamado 'Canción inolvidable' (1945). Tomársela en serio no sería procedente. El insigne James Agee dijo de ella que era “tan exasperante como divertida”. Agee tuvo la desgracia de morir diez años después y la suerte de no ver el lamentable panorama que el biopic musical nos brindaría en las décadas siguientes.

Es cierto que ha habido obras brillantes en la modalidad, fruto siempre de la mirada de un autor creativo, personal: Anthony Mann (Glenn Miller), Todd Haynes (Bob Dylan), Gus Van Sant (Kurt Cobain o su espectro), Clint Eastwood (Charlie Parker en 'Bird', The Four Seasons en 'Jersey Boys')... Pero la tónica imperante es el film convencional, plano, incapaz de sumergirse en el espíritu del artista biografiado, en su verdad y en su arte; sin enfoque preciso o con enfoque neta, descaradamente hagiográfico. Muchísimos damnificados: Billie Holiday, Ray Charles, Édith Piaf, James Brown, Bob Marley, Johnny Cash, Tina Turner, Whitney Houston, Elton John, etc. En un plano intermedio se situarían las respetables aportaciones de Jim McBride (Jerry Lee Lewis), Bryan Singer (Freddie Mercury) o Baz Luhrmann (Presley).

'Back to Black' sucumbe al canon ortodoxo y previsible, con una deuda evidente con 'Amy (La chica detrás del nombre)', el notable y oscarizado documental dirigido por Asif Kapadia en 2015. Ambos films recurren a la narración cronológica de la vida trágica de la eminente Amy Winehouse, atraviesan los mismos episodios y acentúan los estragos de las drogas y el alcohol que acabaron con la vida de la estrella a la temprana edad de 27 años, la misma de Morrison, Joplin y Cobain cuando estiraron la pata. Algunas escenas son pintiparadas a las que ya habíamos visto en el documental, un trabajo de reescritura tan minucioso como a la postre innecesario: la interpretación de 'Rehab', por ejemplo, o el momento en que Amy, desde la distancia y a través de una gran pantalla que emite en directo los Grammy, gana el galardón y se queda boquiabierta no tanto por el premio como porque quien lo ha anunciado es el venerable Tony Bennett, su ídolo y el ídolo de su queridísima abuela, la única persona de su entorno que le dispensó cariño verdadero.

El tratamiento dado por Sam Taylor-Johnson y el guionista Matt Greenhalgh, que ya colaboraron dando cuenta de la adolescencia de John Lennon en 'Nowhere Boy' (2009), suaviza algunos aspectos (la figura del padre de Amy, que como bien sabemos no era tan bonachón como aquí se pinta) y prácticamente pasa de puntillas por la obra musical de Winehouse. Es lo que tienen los biopics para el gran público: anteponer el morbo (las adicciones) a la reflexión. Si 'Back to Black' no es una película descartable es por puntuales brotes de sensibilidad (la metáfora final del pájaro fuera de la jaula) y, sobre todo, por el honorable esfuerzo de Marisa Abela: en algunos momentos se diría que, vía ultratumba, la propia Amy ha tomado el cuerpo de la actriz, se ha adherido a su piel y a su gestualidad.

Para incondicionales del biopic musical “para todos los públicos”.