Si no te aburriste hace años del universo de "The Walking Dead", el regreso de su pareja protagonista es una buena noticia. Sin embargo, como serie, no tiene demasiado más que aportar.
Por Álvaro Onieva
Para Fotogramas
Los muertos siguen caminando y los vivos siguen aferrados a la vida. El universo 'The Walking Dead' no se apaga y ha vuelto con su tercer spin-off de su era moderna, que ahora se articula en forma de pequeñas miniseries con posibilidad de renovación. Y le toca el turno a Rick Grimes y Michonne, la que fue pareja central de la serie original durante mucho tiempo, que regresaron en 'The Walking Dead: The Ones Who Lives' el pasado 26 de febrero a AMC+ y que tienen por delante la emisión de un total de seis episodios.
Reencontrarnos con ellos debería ser motivo de júbilo y más después de dos propuestas, 'The Walking Dead: Dead City' y 'The Walking Dead: Daryl Dixon', que aunque no reinventasen la rueda zombi sí nos infundían ciertas esperanzas en la resurrección de la franquicia: eran cortas, amenas, algo mejor producidas que lo anterior y ponían el foco en personajes que nos importaban. Pero la buena racha parece haberse cortado pues esta nueva entrega no acaba por ilusionar.
La salida de Rick de 'The Walking Dead' se produjo en el año 2018, en la temporada 9, cuando hizo explotar un puente y un misterioso helicóptero se lo llevó a no se sabía dónde. Michonne abandonó la serie, con la premisa de buscarle, un año después. Desde entonces ha llovido mucho y su propia ficción, que inicialmente estaba pensada como películas para salas de cine, se ha hecho esperar entre mucho y demasiado. Aunque, a fin de cuentas, son Rick y Michonne y si nos ofreciesen algo interesante rápidamente picaríamos el anzuelo.
En este tiempo de espera se han dado pistas por aquí y por allí (en lo que quedó de la serie original y en los otros spin-offs) de qué podía estar pasando con Rick y que había grandes comunidades militarizadas que podían tener algo que ver en este asunto. Ahora, 'The Walking Dead: The Ones Who Lives' resuelve el misterio y dedica su comienzo a exponer la solución del acertijo: en resumidas cuentas, que Rick fue llevado a Filadelfia, ahora convertida en la República Cívica, una ciudad amurallada y controlada por un ejército, donde para ganarte el derecho a ser ciudadano primero tienes que estar un tiempo haciendo trabajillos sucios a las afueras.
Y ahí está Rick, a su pesar, porque él lo que quiere es irse a buscar a Michonne y a Judith, pero no le dejan. Intenta, incluso, cortarse la mano para escapar (dando así la serie a los fans aquello que 'The Walking Dead' les robó por falta de ganas y presupuesto, ese Rick manco de los cómics). Pero lo de la mano ejemplifica bien el problema de esta propuesta, que eso solo sirve como un golpe de efecto momentáneo y que luego no construye nada. Todo el episodio inicial termina aburriendo por su exceso de exposición, con Rick narrando una carta a Michonne que no es sino un recurso facilón para contar las cosas al espectador, y resulta un galimatías de explicaciones, saltos temporales y personajes que estorban más que aportan.
En cierto sentido, 'The Walking Dead: The Ones Who Lives' está en mitad de ninguna parte en cuanto a su participación en el universo zombi: aunque está pensada para que podamos entrar en ella si no vimos todo o no nos acordamos de ciertas cosas, hay mucho del mundo en el que se asienta que se presentó en 'World Beyond' (y depender de eso es arriesgado, porque aquel pestiño no se lo comió casi nadie). Aún así, podemos obviarlo y tirar para delante, esperando a que Michonne entre en acción, que la pareja se reúna y que, con suerte, por el camino nos hayamos tenido que tragar no muchos soliloquios de pretendida solemnidad.
Quizás 'The Walking Dead: The Ones Who Lives' sea café para muy cafeteros y no podamos pedirle peras al olmo, pero sí que no se enzarce en dinámicas del pasado y que avance presta. Las nuevas 'The Walking Dead' caminan mejor cuando aligeran el peso y no se las dan, a estas alturas, de series profundas que nunca llegaron a ser. Ver cómo matan zombis con un palo es algo que ya no nos produce mucha emoción, así que lo que queda es apostarlo todo por la reunión de los protagonistas; ahí veremos si el invento merece la pena o era solo una pieza de relleno más.