Opinión y Actualidad

La magia del cine

La frase que expresa lo mágico del cine, o que el cine es magia tiene su sentido.

02/09/2023

Por Pablo Argañarás, Lic. en Cine y Televisión
El cine es mágico por lo que causa en el espectador. En el sentir y el pensar.  Es generador en sus consumidores de flujo de raciocinio, de sentimientos y sensaciones.

Podría decir que el cine es mágico ya que desde su creación tuvo esa aura de extraño, grandilocuente e inabarcable.   Podría expresar y sostener la magia del séptimo arte porque desde su origen sigue vigente,  pese a los mil y un avances tecnológicos feroces en el área del audiovisual.  Tal vez es mágico también porque socialmente opera de una forma brillante, es un arte convocante, aúna personas, un grupo de gente es una sala a oscuras, observando la pantalla, olvidándose que en ese sitio están sus amigos, enemigos, familiares, gente afín o no. Pero desmenucemos estas cuestiones que nos hacer aseverar lo mágico del séptimo arte.

Imaginémonos París a fines de 1800.  En un salón se reúne gente para observar un invento de dos hermanos.  Estas personas pagan una entrada mínima por curiosidad.  Suben unas escaleras hasta un saloncito coqueto. Al frente una pantalla blanca.  Las luces se apagan.  Comienza un ruido mecánico y de pronto se observa un tren que avanza hacia el público.  La gente hasta entonces no tenía en su realidad referencias de imágenes en movimiento.  Hasta esa fecha se habían observado imágenes estáticas de cuadros, murales, arquitectura más o menos ostentosa.

El teatro con la convención de ir a ver una representación con actores.  Y de pronto están sentados y la imagen les arroja una locomotora que se les abalanza.  La reacción de la mayoría fue el pánico.  Corridas, gritos, las sillas que se caen en el salón coqueto.  Todas las personas bajando aterradas las escaleras.  Una escaramuza en la puerta.  El boca en boca en las calles de París.  Y el rotundo éxito de los filmes de los Hermanos Lumiere.  Se comienza con el cine.  Podemos aseverar así que el cine desde sus inicios tuvo un halo de magia.

El director de cine sería el mago. Si el cine es mágico, el causante de ello sería el director.  Nosotros disponemos de una paleta de recursos para activar en la mente del espectador emociones.  Estas herramientas son: un guión, actores, el equipo técnico y artístico, la cámara, las luces, los micrófonos, los decorados o locaciones, el maquillaje, vestuario y peinados, la edición del material, la música, y la postproducción de imagen y sonido.

Existen muchas herramientas más pero las básicas son estas que menciono. El mago deberá orquestar de tal manera todos y cada uno de estos factores para que luego al observarse el material parezca un cuento en imágenes.  No se debe ver ni apreciar el armado.  Las "costuras" deben ser invisibles.  Si el director es competente jamás pesará en la película un elemento más que otro.  Cuando alguien a la salida del cine dice "que buena música", o "que gran actor", o "que espectacular los efectos especiales" yo por dentro se que el director "hizo agua",  “le pifió”, "se le escapo la liebre".  Porque el público detectó la costura de la obra.  Nosotros deberíamos ser capaces como directores que nadie se percate de los componentes.  El público debería expresar "que buena película".  Es ahí cuando el todo es superior a las partes y las invisibiliza. Como un buen traje, en una película no puede verse las hilachas ni las costuras.  El buen sastre es como un buen director.  Una torta debe ser exquisita y no poder decir al primer bocado si sopesa más el bizcochuelo o la crema.  Un buen chef es como un buen director. El perfumista juega con extractos y notas olfativas para transportarnos con el aroma. Los directores de cine deberíamos ser capaces de trasportar al público a otros lugares, tiempos y sensaciones a través de imágenes y sonidos.

El cine es el séptimo arte.  Luego de las artes plásticas, la danza, la música, la literatura, el teatro, y la arquitectura viene el cine. Es el arte más moderno y joven.  Si lo comparamos con la danza que tiene miles de millones de siglos de evolución, el cine tiene ciento y pico de años.  Es un arte "en pañales".  Tiene todo por delante para crecer, evolucionar y desarrollarse.

La magia del cine seguirá evolucionando seguramente.  No me animo a hipotetizar hacia qué dirección.  Lo que sí puedo aseverar es que seguramente si crece junto a su público y en su desarrollo tiene en cuenta a los espectadores seguirá su buena senda. Toda manifestación artística que mira más a la crítica, al purismo o al negocio que a su público está condenada al olvido.