Opinión y Actualidad

En el nombre de la patria

La palabra utilizada como emblema partidario, lejos de unir, sirvió como escudo para librar batallas que dividieron a los argentinos, y al propio peronismo. El patriotismo se manifiesta de otros modos, entre ellos reconociendo al adversario.

24/06/2023

Por Fabián Bosoer, en diario Clarín
En otros tiempos el nombre de un partido político o frente electoral era un asunto que insumía intensas deliberaciones y suponía una fuerte definición ideológica.

Algunos perduraron durante largo tiempo, tenemos de hecho en la Argentina todavía vigentes legalmente partidos con más de un siglo de existencia. Otros fueron cambiando de marca y otros terminaron como sellos al servicio de candidatos sin partido o colgados de otros socios mayores.

El Partido Justicialista (PJ), que supo ser el más grande del país, actualmente acreditando 3,2 millones de afiliados, se llamó en tiempos pretéritos Partido Único de la Revolución Nacional, Partido Peronista y antes, en sus orígenes, Partido Laborista.

Para el peronismo el nombre de su expresión electoral fue siempre algo secundario y contingente, un emblema debajo del cual estaba el peronismo sustancial y permanente, “el movimiento”. Pero todo lo que parecía sólido se fue desvaneciendo en el aire, acorde con los “tiempos líquidos” que corren. Fluye y permanece.

Ahora, por decisión unipersonal de su líder Cristina Fernández, aunque el presidente Fernández se atribuyó también la co-autoría (es, de hecho, el actual presidente del PJ), el Frente de Todos -ex Frente para la Victoria- pasó a llamarse Unión por la Patria para la contienda electoral que se avecina.

Lo integran, además del PJ, el Frente Renovador de Massa, los dos viejos partidos comunistas (el PC, que fuera pro-soviético y PCR, pro-chino), lo que quedó de los partidos Intransigente, de Oscar Alende y Conservador Popular de Solano Lima, sedimentos de otra época sumados a formaciones más recientes: Frente Grande, Nuevo Encuentro, Kolina, Proyecto Sur, FORJA, Unión Popular, Frente Grande, Patria Grande...

Quiso el destino que el anuncio del nuevo nombre del frente kirchnerista se conociera en las vísperas del 50 aniversario del regreso definitivo al país de Perón, fecha en la que se produjo la masacre de Ezeiza, el enfrentamiento entre los dos sectores que se disputaban espacios dentro del movimiento al grito de "Perón, Evita..." y se acusaban mutuamente de traición en nombre de “la patria socialista” o “la patria peronista”.

La palabra “patria”, lejos de unir sirvió como escudo para librar batallas que dividieron a los argentinos y al propio peronismo. “Del otro lado están los que no tienen patria”, dijo el frustrado pre-candidato presidencial Wado de Pedro en el primer acto de la rebautizada coalición oficialista, el pasado 15 de junio.

¿Será esto también un anticipo de la dialéctica de campaña para movilizar a seguidores y atraer la atención de contrincantes? ¿O se trata del discurso que expresa una determinada manera de ver la política y la democracia según la cual los contrincantes son una expresión de la “anti-patria”?

El patriotismo se manifiesta de otros modos; entre ellos, reconociendo al adversario y defendiendo el territorio que nos permite confrontar, competir, debatir, ganar y perder.