El Titan, bajo la operación de OceanGate Expeditions, transportaba a cinco personas a bordo y no contaba con la aprobación de ninguna entidad reguladora.
Los cuatro turistas que viajaban a bordo del Titan, el submarino desaparecido en el océano Atlántico este domingo cuando iba a visitar los restos del Titanic, tuvieron que abonar 250.000 dólares y además firmar un formulario de exención de responsabilidades para la empresa Oceangate Expeditions en caso de accidente antes de embarcar.
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“Este buque experimental no ha sido aprobado ni certificado por ningún organismo regulador y podría provocar lesiones físicas, traumas emocionales o la muerte”, se puede leer en el documento que aceptaron y firmaron los tripulantes, según el diario británico Daily Mail.
David Pogue, un corresponsal de CBS News que el año pasado participó en una expedición de OceanGate, declaró que “varias piezas de este submarino parecían improvisadas. El pilotaje de la nave se ejecuta con un controlador de videojuegos”.
Pogue insistió en que ese tipo de submarinos son “asombrosamente básicos por dentro” y que se trata de expediciones “arriesgadas”.
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El sumergible está hecho de fibra de carbono y titanio, construido para soportar la intensa presión del mar a gran profundidad, y está equipado para comunicarse con el barco nodriza a través de mensajes de texto.
El sumergible comenzó su descenso el domingo por la mañana y perdió contacto con la superficie menos de dos horas después, según las autoridades.
Entre las personas a bordo del submarino figura el millonario y aviador británico Hamish Harding, de 58 años, presidente de la empresa de jets privados Action Aviation.
El conocido empresario pakistaní Shahzada Dawood, vicepresidente del conglomerado Engro, y su hijo Suleman también iban a bordo, según un comunicado de la familia.
Además, viajaba con ellos el explorador francés Paul-Henri Nargeolet, uno de los mayores expertos mundiales sobre el Titanic.
“La tripulación del submarino está compuesta por varios exploradores legendarios, algunos de los cuales han efectuado más de 30 inmersiones en el RMS Titanic desde los años 1980″, afirmó el propio Harding en Instagram el sábado, al anunciar su participación en la misión.
La Guardia Costera estadounidense admitió que las operaciones de búsqueda eran complejas. “Es una región lejana y es complicado hacer búsquedas en una zona así”, dijo el lunes el contralmirante John Mauger a los reporteros en Boston (noreste), desde donde supervisa la operación.
“Trabajamos muy duro” para encontrarlo, insistió. Las búsquedas, en superficie o bajo el agua, conciernen una región de “unos 1.450 km al este del cabo Cod, a una profundidad de alrededor de 4.000 metros”.
La embarcación tiene reservas de oxígeno para un máximo de 96 horas para cinco personas, y Mauger dijo el lunes por la tarde que quedaba 70% o más de oxígeno.
El Titanic zarpó del puerto inglés de Southampton el 10 de abril de 1912 para un viaje inaugural rumbo a Nueva York, pero naufragó tras chocar contra un iceberg cinco días después.
De los 2.224 pasajeros y tripulantes que viajaban a bordo, fallecieron casi 1.500.
Los restos del transatlántico fueron descubiertos en 1985 a 650 kilómetros de la costa canadiense, a una profundidad de 4.000 metros en aguas internacionales del océano Atlántico. Desde entonces, visitan el área buscadores de tesoros y turistas.