Es falsa la idea de que los chicos "no tienen preocupaciones reales".
Así como los adultos nos enfrentamos a momentos de angustia, ansiedad y estrés, los chicos también los atraviesan generándoles incertidumbre o preocupación.
Cuatro consejos para ayudar a lidiar con el estrés y la ansiedad en la niñez
1. El estrés “se contagia”: demos una vuelta antes de encontrarnos con los chicos
Una experta afirma que, de acuerdo a diversos estudios, “la reacción de las hormonas de estrés a un evento determinado se ‘contagia’. Es decir, si un padre o madre llegan a su hogar con altos niveles de estas hormonas, los niños de menos de 12 años verán aumentadas sus propias hormonas”. En la infancia somos más proclives a experimentar mayor susceptibilidad al estrés parental.
Para ello, Maffei sugiere “llegar a casa lo más relajados posibles, dar 2 o 3 vueltas a la manzana, ser conscientes de que si los/as niños/as cambian de conducta pueden estar recibiendo el impacto del estrés familiar”.
2. Expresarle que validamos y empatizamos con sus emociones
Lezaeta afirma que, al igual que en el caso de los adultos, el sentir ansiedad y estrés puede ser muy abrumador. Por eso, en lugar de desestimar sus sentimientos, lo aconsejable es decirle algo como: “Yo sé que estás asustado/a y está bien, yo estoy aquí y te voy a ayudar a superar esto”.
3. Las técnicas de relajación y respiración son grandes aliadas
La psicóloga (en Instagram @lic.laura_lezaeta) sugiere enseñarles a tomar una pausa para sobrellevar el estrés y la ansiedad. Señala que los adultos podemos sumarnos a ello, pues a través del ejemplo, podemos transmitirles formas saludables de manejar la ansiedad.
4. Pedir ayuda a un profesional
“Si la ansiedad comienza a limitar la autonomía del niño/a —afirma Lezaeta—, afectando las diferentes áreas de su vida (personal, familiar, social o educativo) es importante acudir a un profesional de la salud mental, un/a psicólogo/a, para que pueda recibir la ayuda psicológica que necesita”.
Fuente: Clarín