La historia del atleta Nery Chávez, un guerrero que se desafía y se supera a sí mismo

Texto y Producción: Neri Casazola

Edición: Matías Leshman

Cámaras: Rodrigo Dorado y Guillermo Cerutti

Drone: Guillermo Cerutti

Es el domingo 6 de noviembre del año 2022. El atleta Edgar Felipe Nery Chávez avanza sólo por una avenida ancha de la ciudad de Santiago del Estero, a gran ritmo. Se observa cómo sus músculos van tensándose. Firmes. Y su mirada está fija en un horizonte que no vemos, que percibimos. Pero que él sí. ¿Qué pasará por su cabeza? Nunca lo sabremos. Un pasado reciente que devela muchas cosas: lucha, superación y disciplina. Esos mismos valores que lo colocarán en la historia grande del deporte.

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En el monte santiagueño donde se crió junto a sus hermanos, las posibilidades eran escasas. Las opciones para practicar deporte estaban entre el fútbol y el básquet. Con ropa remendada y zapatillas rotas, pudo desenvolverse en un lugar hostil. Un día de semana como tantos otros, mientras tiraba al aro de básquet con sus amigos en una cancha de cemento, un señor canoso se acercó para comentarle que había una competencia de atletismo en la Capital. “Quiero correr y si es mejor en la distancia más larga”. Tenía 11 años cuando su periplo comenzó.

“Creo que aprendí a correr buscando las cabras en el monte”, dice con una risa contagiosa. En esa zona del monte santiagueño era muy raro encontrar lugares para practicar deporte.

-Teníamos que caminar varios kilómetros para buscar alternativas. Se podría decir que recién a los 19 años comencé a prestarle más atención al atletismo. A entrenar de una forma más continua. Aprendí mucho del profesor José Torres. Y ahora sigo con mi actual entrenador, Alex de los Santos. Mejoré mucho.

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Edgar Felipe Nery Chávez nació en el departamento Juan Felipe Ibarra, se crió en el paraje La Magdalena, muy cerca de Suncho Corral. Fue en esta ciudad donde hizo la secundaria para después venir a estudiar a la Capital santiagueña el profesorado de Educación Física.

Nery Chávez es el mejor atleta de la Provincia, y con seguridad, del norte argentino. Está en el top ten de las posiciones en Argentina y su sueño es llegar a ser Olímpico. Es el primer santiagueño en ganar la media maratón de diario El Liberal. A sus 27 años ya quedó en la historia grande. Escribió su propio libro, cumplió su sueño porque de niño le prometió a su mamá que algún correría esta maratón y la ganaría.

-Mi familia lo es todo. En los momentos difíciles son los que más bancan. Cuando he comenzado a correr mi mamá no se preocupaba cómo había salido. Se preocupaba cómo estaba mi rodilla porque nací con problemas. Pero hoy puedo disfrutar a plenitud y hago lo que me apasiona. El atletismo me enseñó muchas cosas; valores como la amistad, el compañerismo fueron claves. Después la disciplina, poner todo el esfuerzo para cumplir los objetivos, ser constante; y es clave el respeto por el otro. Más allá de que es un deporte individual, si no hay un trabajo colectivo, es muy difícil llegar. Construimos un gran equipo que me ayuda y me banca. Están al pie del cañón y muchas veces lo hacen de corazón. Este deporte, como sabemos, aún está en desarrollo y trabajamos para mejorar la situación. La rivalidad me potencia. Y tener una competividad sana, nos ha llevado a los atletas santiagueños a mejorar. Y especialmente, a hacer crecer el atletismo.

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A mediados de este año se desarrolló en la Provincia de Buenos Aires, una de las carreras más tradicionales del calendario nacional: la del Vidriero, que organiza la Municipalidad de Berazategui. Nery Chávez, unos días previos a la competencia sufrió un accidente en la pista de atletismo del Polideportivo santiagueño. Mientras realizaba pasadas en el andarivel uno tropezó con un grupo de alumnos que estaba sentado en la pista. Sufrió una fuerte distensión en el hombro izquierdo que puso en duda su participación en la carrera.

Después de haber sido asistido en el hospital Regional, le colocaron un cabestrillo para sostener el hombro. Finalmente, corrió los diez kilómetros en Berazategui braceando con un lado. A la carrera la ganó de punta a punta e hizo récord personal.

-Esa carrera me hizo crecer mucho. Siempre hay algo más para dar, hay que tener confianza en uno mismo. Sabía que estaba bien ese día, confiaba que la podía ganar. La lesión podría haber influido pero me dí maña y estaba en sintonía. Hoy la pienso y no sé cómo he corrido. Si uno cree en uno mismo puedes lograr las cosas; hay que poner garra y fuerza de voluntad para salir adelante. Quiero seguir corriendo en un par de años; ojalá en un futuro sea un atleta olímpico. Estamos lejos pero más cerca que antes. Siempre hay que tener una motivación. Si uno deja de soñar se corta las alas uno mismo. Quiero llegar a lo más alto de este deporte, y para eso trabajo.

-¿Cuál consideras que ha sido tu logro más grande?

-El logro más grande lo tengo ahora ¡Mirá de dónde vengo! Antes no tenía para comprar una zapatilla, mi mamá nos remendaba la ropa. Hoy poder decir que puedo comprarme una zapatilla, una muda de ropa. Para mí tiene mucho significado.

Vengo de una familia muy humilde. Mi viejo era hachero y trabajaba haciendo carbón, mi mamá lo ayudaba. Los superhéroes que no he visto en dibujitos, los he visto en vivo y en directo toda mi vida. Poder decir que laburo de algo que me gusta, es un sueño realizado. Mi vieja siempre nos aconsejaba que luchemos por los sueños. Para poder criarnos ellos han tenido que laburar de lo que sea. Dejar de lado muchas cosas. Así nos criaron y hoy sólo tengo palabras de agradecimiento. Soy lo que soy gracias a mi familia.

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Después de ganar la media maratón de El Liberal, con la voz cortada y los ojos lluviosos, Nery Chávez recuerda cuando estuvo sentado en un banco de tres patas en La Magdalena, bajo el techo de un rancho. A su lado, su madre hojea el diario mientras observa las fotos de la edición de ese año de la media maratón. Él era un niño con sueños por cumplir.

-Creo que le cumplí a mi mamá. Una vez dije que iba a correr la maratón y la iba a ganar. Ahora puedo decir que el objetivo, y la promesa, se cumplió.

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Este joven santiagueño tiene una destreza asombrosa, una técnica prodigiosa. Su transformación lo convirtió en un atleta admirable. Su fantástica demostración en El Vidriero, y en El Liberal el pasado 6 de noviembre, lo colocaron en la historia grande del atletismo santiagueño. Nery Chávez está en una lista privilegiada. Es un atleta que llevó la disciplina a un estrado inimaginable para Santiago del Estero. Y todavía, a esta historia le queda mucha tela para cortar.